CICLISMO
Richie es el rival a batir y quien pretenda desbancarle de la primera posición, debe atacar y hacer méritos.
Una vez terminadas las etapas para los velocistas, llega el turno para los aspirantes a subirse a lo más alto del podio del Giro de Italia en su 105 edición. Con una general muy apretada, especialmente entre Carapaz que se ubica primero y Hindley que está a 3 segundos del ecuatoriano. Se nos vienen 2 etapas muy exigentes donde los nervios estarán a flor de piel ya que nadie quiere perder ni un segundo.
De momento la táctica ha funcionado, Carapaz se sobra y basta para controlar a sus rivales, pero no ha podido distanciarlos. Aunque es comprensible, Richie es el rival a batir y quien pretenda desbancarle de la primera posición, debe atacar y hacer méritos. Los aficionados están expectantes porque seguro las dos etapas que se vienen, etapas de alta montaña, van a poner a cada uno en su lugar y los aficionados ecuatorianos esperan que la “Locomotora del Carchi” continúe vistiendo esa maglia rosa hasta el último día en Verona.
Muchas interrogantes, muchas dudas sobre el estado físico y emocional de los principales candidatos, pero a esta altura ya es un mano a mano entre el ecuatoriano y el australiano del Bora. Ojalá no suceda ningún inconveniente, llámese caída, problema mecánico o de salud para que podamos disfrutar de un espectacular desenlace de la Corsa Rosa. Mucha suerte para Carapaz en estas últimas etapas y desde todos los puntos del planeta donde exista un ecuatoriano, apoyo incondicional para el domingo verte nuevamente levantar el Senza Fine, el trofeo del Giro d’ Italia.
El diseño es obra de Fabrizio Galli, quien ganó un concurso convocado por el Instituto Italiano del Cobre para la confección de un nuevo galardón. Tanto La Gazzetta dello Sport como RCS, empresa organizadora del Giro, quedaron asombrados con el boceto, por lo que fue seleccionado para su construcción en el taller de Mario Penello. “Aquella primera propuesta se hizo sobre un prototipo en digital, así que plasmarlo a la realidad no fue fácil en un principio. Los costes no eran especialmente razonables, aunque tras numerosos intentos lo conseguimos”, explica Luca Penello, hijo de Mario, que actualmente dirige el negocio.
