La acción que,┬á┬áde manera periódica y en cumplimiento de la Ley,┬á┬árealiza┬ála Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (ARCSA),┬á┬áen favor de la salud del pueblo, merece todo el respaldo y apoyo de la ciudadanía.┬áSi consideramos que┬á┬á“La salud del pueblo es la suprema ley”, cualquier nivel de control y exigencia al respecto, siempre será bienvenido,┬á┬ámáxime si se encuadra dentro de la Ley.
En este contexto, Arcsa realizó, en días anteriores, el control de la publicidad de productos┬á┬áde uso y consumo humanos, conjuntamente con la Superintendencia de Comunicación (Supercom), arrojando como resultado la suspensión definitiva de la publicidad de los┬á┬áproductos que no cumplen con la normativa técnica sanitaria vigente, a la vez que recomendó a propietarios y distribuidores de esos productos publicitar únicamente indicando las propiedades aprobadas en los registros sanitarios para evitar confusiones en la verdadera naturaleza y función terapéutica de los productos.
Arcsa también vela por la salud del pueblo cuando realiza el trámite┬á┬ápara la emisión de permisos de funcionamiento de┬á┬ávarios┬átipos de establecimientos: tiendas de abarrotes, restaurantes, gimnasios, farmacias, hoteles, hostales, bares, karaokes, discotecas, centros de cosmetología, cafeterías entre otros; y┬ácuando no cumplen con los requisitos correspondiente, se inicia el proceso de juzgamiento que puede llegar hasta la clausura definitiva de un establecimiento.
Es emblemática la acción positiva de Arcsa┬á┬ácon lo ocurrido el año pasado en algunas provincias del Austro ecuatoriano, donde al menos 30 toneladas de medicinas caducadas, entre tabletas, jarabes e insumos┬á┬ámédicos eran procesadas por una empresa fuera de ley. Habría seguido impunemente ese accionar destructor, si la Arcsa no habría actuado responsablemente┬á┬áen su noble misión de velar por la salud popular.
