LIBERTADORES
En el imponente estadio Más Monumental de Buenos Aires, Barcelona Sporting Club demostró este 8 de abril, que con convicción, orden y un arquero en estado de gracia, se puede neutralizar a uno de los gigantes del continente.

El empate sin goles ante River Plate deja un punto que suma en la tabla, añadiendo una sensación de crecimiento competitivo en el equipo ecuatoriano, el conjunto guayaquileño no escondió su intención: resistir, esperar y aprovechar. Lo dijo el dibujo táctico, lo mostró los movimientos en cada línea y lo confirmó el desarrollo del partido.
River, como era de esperarse, impuso el ritmo, adquirió la posesión del balón y volcó sus ataques por las bandas y por el centro. Pero chocó, una y otra vez, con una muralla de amarillo, José David Contreras. El venezolano fue el gran protagonista de la jornada. Cuando aún el partido no tomaba temperatura, una mala salida defensiva de Barcelona generó un penal a favor del local.
Sebastián Driussi se paró frente al balón y ejecutó con potencia, pero Contreras adivinó la intención y mantuvo su arco en cero con una estirada precisa. Fue la primera de muchas. A partir de ese momento, el duelo se convirtió en una exhibición del guardameta del Ídolo.
Driussi volvió a tener otra oportunidad clara, esta vez en una jugada en movimiento, pero nuevamente se topó con la figura del arquero venezolano. Tampoco pudo Gonzalo Montiel con su disparo a quemarropa, ni el juvenil Mastantuono con un par de intentos desde fuera del área.
Contreras se multiplicó bajo los tres palos y detuvo todo lo que River le lanzó. Mientras tanto, el equipo dirigido por Segundo Castillo prefirió no arriesgar más de la cuenta. En ataque, las ideas fueron escasas y la elaboración casi nula, en la Copa, no siempre gana el que más propone, sino el que mejor ejecuta su plan.