El Ídolo del Astillero volvió a tropezar en casa y ahora está obligado a sumar en sus dos últimas salidas como visitante. La derrota ante el equipo argentino complica seriamente sus aspiraciones en el torneo continental.
La derrota 3-2 ante River Plate, en el estadio Monumental de Guayaquil, agudizó una crisis de resultados en la Copa Libertadores, con dos fechas por disputar, ambos partidos fuera de casa, el equipo ecuatoriano necesita sumar para no despedirse prematuramente del torneo más prestigioso del continente.
El panorama, que ya era complicado tras la sorpresiva caída ante Universitario de Perú en la jornada anterior, se volvió crítico al no poder sostener el resultado ante un River que, con autoridad y jerarquía, volvió a mostrarse como uno de los favoritos del Grupo B.
Si bien perder ante un rival como River podía entrar dentro de los cálculos, el golpe previo ante los peruanos obligaba a Barcelona a rescatar un punto en su fortín.
No fue así, y ahora el desafío se multiplica: el Ídolo deberá ir a Lima ante Universitario, y luego enfrentará a Independiente del Valle en Chillo Jijón, dos plazas complicadas en el mapa sudamericano.
Como si la derrota no fuese suficiente castigo, el equipo ecuatoriano sufrió otro revés: la lesión del arquero José Contreras, quien debió ser sustituido en el primer tiempo.
El guardameta venezolano venía siendo una de las figuras más regulares del equipo durante el año, y su salida encendió una nueva alarma en el plantel, que ahora deberá evaluar alternativas en una posición importante.
River gestionó los tiempos y cerró los espacios, mientras Barcelona, con más voluntad que claridad, buscó un empate que nunca llegó.
Con este resultado, Barcelona necesita sumar fuera de casa y esperar resultados favorables en los otros encuentros del grupo, para intentar clasificarse, sin tener la claridad de un equipo que realmente pueda competir por la “Gloria Eterna”.
