SEMIFINALES
Nuevo cruce en semifinales, definido, el MetLife Stadium recibirá al enfrentamiento entre Argentina y Canadá, pero esta vez para determinar qué selección avanzará a la final de la Copa América.

Venezuela estuvo muy cerca de pasar y enfrentar a Argentina en East Rutherford. El golazo de Salomón Rondón los metió en un partido muy parejo, esa obra maestra del caraqueño acabaría siendo lo que llevó a la definición por penales. El mismo arquero que en el Mercedes-Benz Stadium había frustrado seis tiros claros de la selección argentina -uno clarísimo de Messi- se convirtió en el héroe ante Venezuela de Batista.
Las atajadas de Crépau a los disparos de Jefferson Savarino y Wilker Ángel aseguraron el pase a una Canadá que durante los 90 minutos mostró los mismos rasgos tácticos que en Georgia. El estadounidense Jesse Marsch demostró ser fiel a su propio credo: defendió alto contra Venezuela, complicando a Argentina en el 2-0 de la fase de grupos, incluso cuando esta estrategia los dejaba vulnerables a contragolpes. Marsch buscó atacar con transiciones rápidas y pases largos a la espalda de los centrales. Lo que inicialmente intentó con Millar y Buchanan, lo logró con mayor facilidad en el AT&T de Arlington con otros intérpretes: Laryea por la derecha, a espaldas de Soteldo, y Shaffelburg por la izquierda.
Shaffelburg, quien fue el autor del primer gol y hasta su salida, la figura del partido, se destacó en un mediocampo físico y potente para las transiciones. Sin embargo, Canadá no contó en la zona de definición con un goleador fino, ni Larin como centrodelantero ni David en rol de mediapunta ofensiva lograron definir con precisión las oportunidades que tuvieron para ampliar la ventaja y evitar el suspenso de los penales. Canadá expuso con cierta facilidad las falencias colectivas de una Venezuela con instinto ofensivo. Aunque no lograron concretar sus oportunidades más allá del 1-0 inicial, el gol nació de un lateral rápido que tomó desprevenido al fondo vinotinto, culminando en un centro preciso para Shaffelburg, quien, paradójicamente, estaba rodeado de defensores que no lo marcaron.