Chimborazo: Un año marcado por los accidentes de tránsito

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SINIESTROS

Las sirenas que irrumpen en la madrugada, los cierres improvisados de vías y las escenas de auxilio se han vuelto parte del paisaje cotidiano en Chimborazo durante 2025. Detrás de cada alerta de tránsito hay una historia marcada por la pérdida, el dolor o la incertidumbre.

Los siniestros viales ya no son hechos aislados: se repiten con frecuencia y configuran una problemática que trasciende las estadísticas para instalarse en la vida diaria de miles de familias. Pese a los esfuerzos institucionales por contenerla, la siniestralidad continúa siendo uno de los desafíos más urgentes para la seguridad en la provincia.

Siniestro de tránsito registrado en la madrugada del 5 de octubre en el sector La Providencia, cantón Colta, dejó dos personas fallecidas y cinco heridas.

Las cifras respaldan esta percepción. Los registros de los organismos de control y de atención de emergencias confirman que 2025 ha sido un año especialmente complejo en materia de seguridad vial. Hasta noviembre, a escala nacional, se contabilizaron 18.447 siniestros de tránsito, que dejaron un saldo de 2.144 personas fallecidas y 16.110 lesionadas, producto de choques, colisiones, estrellamientos y volcamientos, de acuerdo con datos de la Agencia Nacional de Tránsito (ANT).

El panorama se vuelve aún más preocupante al descender al ámbito provincial. Un corte estadístico hasta noviembre revela que Chimborazo registra 370 siniestros viales, con 80 personas fallecidas y 248 lesionadas, cifras que ubican a la provincia entre las de mayor mortalidad vial a nivel nacional. Estos números no solo evidencian la magnitud del problema, sino que refuerzan la urgencia de adoptar medidas más eficaces y sostenidas para reducir los riesgos en las vías.

Dentro del territorio provincial, Riobamba concentra el mayor número de accidentes de tránsito, una condición asociada a su intensa movilidad urbana y a su conexión directa con ejes viales nacionales que atraviesan la ciudad. A la capital le siguen cantones como Guano, Colta, Guamote y Pallatanga, donde, si bien los registros son menores, los siniestros suelen ser de alta gravedad, especialmente en tramos rurales y carreteras interprovinciales. En Riobamba, los reportes del ECU-911 mantienen una constante: colisiones entre vehículos livianos, choques que involucran motocicletas y atropellos a peatones figuran entre las alertas más frecuentes. Estas emergencias se concentran, principalmente, en avenidas de alto flujo vehicular y accesos periféricos. Sectores como la avenida Antonio José de Sucre, Edelberto Bonilla Oleas, Daniel León Borja y los tramos cercanos a la E35 aparecen de forma reiterada en los informes oficiales como zonas críticas.

Las autoridades de tránsito coinciden en que, más allá de las condiciones de la vía, existe un factor determinante detrás de la mayoría de siniestros: el comportamiento humano. El exceso de velocidad, la conducción bajo los efectos del alcohol, el irrespeto a las señales de tránsito y las distracciones al volante encabezan la lista de causas. A ello se suman tramos catalogados como de alto riesgo, donde la combinación de velocidad, fatiga y condiciones viales adversas incrementa la probabilidad de accidentes graves. Los fines de semana y las noches concentran la mayor incidencia, según los análisis técnicos. Frente a este escenario, las autoridades han reforzado los operativos de alcoholemia, los controles de documentación y las revisiones técnicas vehiculares en distintos puntos de la ciudad y la provincia.

Solo en Riobamba, durante el mes de diciembre, se ejecutaron operativos, que derivaron en la retención de vehículos y la emisión de citaciones por diversas infracciones de tránsito. De manera paralela, se han impulsado campañas de educación vial en unidades educativas y comunidades, con el objetivo de generar conciencia sobre el respeto a las normas y la convivencia en las vías. Sin embargo, especialistas en movilidad advierten que los controles, por sí solos, resultan insuficientes.

La reducción de la siniestralidad señala exige intervenciones integrales que contemplen mejoras en infraestructura, señalización adecuada, planificación urbana eficiente y, principalmente, un cambio sostenido en el comportamiento de conductores y peatones.

Un bus se accidentó el 18 de septiembre en el sector Juan de Velasco, Pangor, dejando cuatro personas fallecidas y 11 heridas.

Más allá de las cifras oficiales, los accidentes de tránsito dejan una huella profunda y persistente. Hospitales y centros de salud de Chimborazo reportan una alta demanda de atención por lesiones relacionadas con siniestros viales, especialmente durante feriados y fines de semana. Al cierre de 2025, la siniestralidad vial continúa siendo una deuda pendiente en Chimborazo. Las estadísticas confirman que no se trata de un problema coyuntural, sino estructural.

Hechos que marcaron el año

Durante 2025, la provincia de Chimborazo estuvo marcada por una serie de accidentes de tránsito de alto impacto que evidenciaron la persistencia de riesgos en las vías urbanas e interprovinciales. Colisiones frontales, volcamientos y atropellamientos dejaron un saldo de víctimas mortales y personas heridas, generando conmoción ciudadana y reforzando las alertas sobre la seguridad vial.

El cantante Anthony Morocho perdió la vida tras ser impactado por un camión la mañana del domingo 30 de noviembre, en el sector Tuntatacto.

Uno de los hechos más graves ocurrió en el cantón Colta, donde un choque frontal entre una camioneta y un bus interprovincial provocó la muerte de tres personas y dejó a una menor herida. En Pallatanga, un camión de carga se precipitó por un abismo de aproximadamente 250 metros, causando dos fallecidos, mientras que en el mismo cantón una colisión entre un bus y un tanquero dejó varios heridos, obligando a la intervención de unidades de emergencia.

En el cantón Guano, un siniestro registrado en la vía Panamericana Norte terminó con la muerte de una persona, en un hecho vinculado al exceso de velocidad. En Riobamba, un accidente urbano cobró la vida de una mujer luego de que el conductor del vehículo realizara una maniobra evasiva para evitar una motocicleta, lo que derivó en un impacto fatal contra un poste.

A estos casos se sumó el fallecimiento del cantante ecuatoriano Anthony Morocho, quien perdió la vida en un choque entre vehículos pesados en la vía E-35, hecho que tuvo repercusión nacional y volvió a poner en debate las condiciones de seguridad en las carreteras de la provincia. Estos acontecimientos reflejan una problemática que se repite a lo largo del territorio provincial: el exceso de velocidad, la imprudencia al volante, la interacción con vehículos pesados y la falta de respeto a las normas de tránsito continúan siendo factores determinantes en los siniestros viales. Las autoridades han reiterado que la mayoría de estos hechos son prevenibles y que la reducción de accidentes depende tanto del control institucional como de la responsabilidad de conductores y peatones.

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