CELEBRACIÓN
En un ambiente cargado de emoción y amor por la literatura, estudiantes de diversas unidades educativas, junto a sus maestros, llenaron el teatro de la Casa de la Cultura Núcleo de Pastaza para celebrar el Día Internacional del Libro.
El evento fue una verdadera fiesta de las letras, en la que los aplausos del público estudiantil fueron el mejor reconocimiento para los escritores locales que compartieron sus obras.
Autores miembros de la Asociación de Escritores de Pastaza y participantes de talleres literarios subieron al escenario para presentar sus libros, leer poemas, relatos y fábulas, y hablar sobre sus obras favoritas.
Entre los escritores que recibieron mayor acogida estuvieron Benito Barona Trujillo, Alonso Flores Velasco, Bolívar Guamán Jiménez, Hernán Heras Luna, Noemí Illescas, José Mackliff Valdez, Verónica Ortega Carvajal y Byron Salazar.
También hicieron presencia escritores independientes como Isac Nayapi y Diego Escobar, quienes compartieron sus primeras experiencias editoriales y sus proyectos de difusión literaria. Ambos destacaron la importancia del trabajo autónomo en la creación literaria y la búsqueda de nuevos espacios para dar a conocer su obra.
Los talleres literarios también tuvieron un papel relevante, ya que sus integrantes realizan crítica y asesoramiento entre escritores, lo que permite elevar la calidad de las propuestas narrativas y poéticas emergentes.
La respuesta del público fue entusiasta. Muchos maestros asistentes expresaron su interés en que los autores visiten los establecimientos educativos para fortalecer el vínculo entre estudiantes y literatura. Incluso, varios docentes solicitaron que los clubes de lectura, ya en funcionamiento en algunas instituciones, puedan ser replicados en sus planteles.
Carlos Garcés, director de la Casa de la Cultura de Pastaza, resaltó la importancia del Día del Libro como una oportunidad no solo para fomentar la lectura, sino también para visibilizar el talento local y recordar los derechos de publicación de los autores.
El evento fue organizado en colaboración con los talleres literarios y la Fundación Atenea, consolidándose como un homenaje vivo al libro, al autor y al lector, en una jornada que sembró inspiración entre los más jóvenes.
