Por: Pablo Granja
Carl Sagan (1934 – 1996) se destacó como astrónomo, astrofísico, cosmólogo, así como prolífico escritor de artículos y libros, uno de los cuales inspiró la serie Cosmos. Manteniendo el rigor científico, sus publicaciones fueron claras y didácticas, con conceptos precisos que no pierden actualidad: Si te someten a engaño durante mucho tiempo, tiendes a rechazar cualquier prueba que lo es. Porque es demasiado doloroso reconocer, incluso ante nosotros mismos, que hemos sido engañados. Por eso los charlatanes sobreviven y se mantienen en el poder.
Esto explica la siniestra habilidad con que el socialismo del siglo XXI mantiene boquiabiertos a sus seguidores, incapaces de reconocer entre el bien y el mal, entre la verdad y el engaño, entre la libertad y la tiranía, entre la honestidad y el fraude. Considerar a Cuba como el derrotero socialista denota insensibilidad ante la miseria en que viven los cubanos; proclamar que si ganan nos someterán al modelo chavista–madurista es una consigna infame y burlona; declarar, como lo hace Luisa González, que Correa debe regresar para que gobierne los próximos 20 años revela su condición de títere, que arregla la antesala para instaurar una versión de Daniel Ortega.
El debate fue una exaltación del cinismo con verdades a medias, mentiras completas y olvidos intencionales. Como el toro que olvida de cuando fue ternero, o la rana de cuando fue renacuajo. La candidata lleva en sus entrañas el ADN del SSXXI – entendido como la información genética que se transmite entre generaciones – violento, vulgar, prepotente. Entrenada en las habilidades del disimulo y la evasión, acusó a Daniel Noboa de llamarla “rana rené”, cuando lo que hizo el presidente fue leer los mensajes cruzados entre los coidearios de ella; o sea, entre los verdaderos “majaderos” de su partido, los que le conocen.
Pretendió desviar la atención de problemas arrastrados desde el 2007, en que abrieron las fronteras para que se confundan extranjeros de limpia trayectoria con delincuentes y terroristas. Negó que en su único día como Ministra de Trabajo firmó un Acuerdo eliminando bonificaciones y restringiendo jubilaciones. Acusó al gobierno de no importarle los enfermos de cáncer, aunque está pagando la deuda a SOLCA. Por el despilfarro, el gobierno de Correa desfinanció al IESS, ocasionando pérdidas por 8.927 millones de dólares, mientras el actual gobierno le ha devuelto $2.628 millones. Mintió diciendo que el 90 por ciento de los establecimientos fiscales de educación están abandonados, la verdad es que los están rehabilitando, restando todavía un 17 por ciento. Calumnió al acusar del no pago de impuestos de la familia Noboa que fue despojada de la boyante Hacienda La Clementina, hoy abandonada y convertida en aeropuerto de avionetas de dudosa procedencia. Calló su glosa por el uso del avión presidencial, en que viajó a destinos sospechosos sin manifiesto de carga ni pasajeros.
¿Es un “culto” al que pertenece? Porque su campaña es una letanía de mentiras.