ENFRENTAMIENTO
Isaac, un niño de 12 años, fue abatido junto a dos presuntos delincuentes durante un enfrentamiento con las Fuerzas Armadas en la cooperativa Cerro Porteño, sector de Monte Sinaí, al noroeste de Guayaquil. El menor, que debía regresar a casa con una torta para celebrar el cumpleaños de su hermano, tomó una decisión que, según su familia, le costó la vida.

De acuerdo con fuentes policiales, Isaac y tres personas más viajaban en un vehículo cuando se toparon con un control militar. Tras no acatar la orden de detenerse, los ocupantes del auto abrieron fuego contra los uniformados, lo que desató un enfrentamiento que terminó con tres personas fallecidas y una más herida. Entre los abatidos se encontraba el menor, quien, según la Policía, era presuntamente parte de una organización delictiva dedicada a la extorsión y al robo.
“El niño y un joven de 19 años estaban en el asiento trasero. El conductor también murió en el lugar, mientras que el copiloto resultó herido. Todos habrían estado involucrados en actividades delictivas”, indicó un investigador policial. Asimismo, se señaló que los ocupantes del vehículo arrojaron el arma antes de ser abatidos. Sin embargo, la familia de Isaac negó conocer cualquier vínculo del menor con los individuos que lo acompañaban. La tía del niño, quien acudió al Laboratorio de Criminalística y Ciencias Forenses de Guayaquil para retirar el cuerpo, expresó su dolor y desconcierto. “Mi hermana lo mandó a comprar una torta para el cumpleaños de su hermano. No volvió. A los pocos minutos, nos informaron que había sido abatido por los militares. Si hubiera regresado a casa, estaría vivo”, relató.
Las Fuerzas Armadas emitieron un comunicado explicando que el incidente ocurrió durante un operativo de control de armas, municiones y explosivos. “El vehículo sospechoso no acató la orden de detenerse y sus ocupantes abrieron fuego contra el personal militar. Ante esta agresión, se procedió a la persecución y respuesta al ataque”, detalló el documento.
Vecinos de la zona reconocieron a los ocupantes del vehículo y señalaron que dos de ellos eran conocidos por sus actividades delictivas en el sector. “Le robaron a un familiar. Siempre estaban extorsionándonos. Pedían dinero todas las semanas”, comentó una moradora, aún impactada por los hechos. Las autoridades continúan con las investigaciones para esclarecer el papel del menor en el suceso, mientras su familia llora una pérdida que, para ellos, pudo haberse evitado.