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miércoles, abril 30, 2025

Palabra Mordaz A un salto de calidad de la gloria

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Por: Iván Menes Aguirre

Como ya mucha tinta han gastado intelectualoides, opinólogos y también gente muy capaz respecto al post debate presidencial, tópico que prácticamente ha monopolizado la discusión política en estos días, me permito desprenderme de las intrigas electorales por esta ocasión e incursionar en un tema que, aunque banal, nos apasiona enormemente: el fútbol. En particular, a propósito del reciente combo de eliminatorias sudamericanas, vengo a emitir mi criterio sobre la Tri, que virtualmente ha garantizado su estancia en el Mundial de 2026.

Lo primero que salta a la vista al escudriñar en los performances de la selección es que tenemos una defensa de oro. Con Willian Pacho y Piero Hincapié en la zaga, sin desmerecer la gran labor de Joel Ordóñez o Félix Torres, difícilmente recibamos más de un par de goles en lo que queda de eliminatoria. La retaguardia tricolor se complementa a la perfección con el recorrido que Alan Franco y Pervis Estupiñán dan desde los carriles, estableciendo una línea de cinco que, a mi parecer, es un acierto de Beccacece donde se engrandece la mayor virtud de Ecuador. Por su parte, el mediocampo, aunque muy sólido, presenta ciertas carencias. Al gran trabajo de box to box que ofrecen Moisés Caicedo y Pedro Vite, a ratos le falta cierto desequilibrio creativo. Si Moisés no se viste de armador o Vite no sorprende trazando un desmarque, la conexión entre el mediocampo y el ataque no termina de cuajar, lo que obliga a la Tri a recurrir (a veces a abusar) de cambios de banda, centros o balonazos desperdigados en busca de alguna diagonal de los de arriba.

He aquí el meollo de estas líneas: Ecuador está a un salto de calidad en su delantera de convertirse en una de las mejores selecciones del mundo. La presencia de los fijos Enner Valencia y Gonzalo Plata, en contubernio con un tercer atacante que, para mí, debería ser Alan Minda, es el reflejo de una frontal con amplio margen de mejora. Cuando Valencia tiene el día, puede ser de los mejores delanteros del continente; no obstante, entendiendo que ya tiene 35 años y que no se le ha generado un recambio notable, preocupa el devenir de la Tri en ataque. A Ecuador le hace falta, por ejemplo, un jugador vertiginoso como Luis Díaz o Julio Enciso, o como mínimo, la reconstitución y respectiva explosión de Kendry Páez, quien, sin duda, tiene el potencial para convertirse en un jugador de gran calibre. Un nueve como los de antes, de la estirpe de Agustín Delgado, tampoco vendría mal. De pulir la delantera, cometida para la que aún nos queda un año y medio, Ecuador se convertirá en un equipo de excelencia.

Prometo regresar a los enredos políticos en la columna de la siguiente semana. De tanto en tanto me hace feliz abordar asuntos, como el fútbol, que nos recuerdan lo maravilloso que es sentirnos profundamente humanos. 

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