En Riobamba, alrededor de 72 niños, niñas y adolescentes con discapacidad y sus cuidadores reflexionaron sobre la violencia y las consecuencias que ello tiene en el entorno familiar.
Este diálogo fue propiciado por el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) y en el marco del “Pacto Social por la Niñez y Adolescencia con Discapacidad” que impulsa esta cartera de Estado a nivel nacional.
A esta cita acudieron estudiantes de varias instituciones como: “Instituto Carlos Garbay”, jóvenes de la Casa de la Caridad de Penipe, centro Jesús Resucitado, Hermano José, Agata y Despertar de los Ángeles, entre otros. Luego de un sociodrama, en donde se teatralizaron escenas de violencia pero también de buen trato, se conformaron cinco mesas de diálogo para hablar sobre prevención y erradicación de la violencia.
Victoria Sánchez, cuidadora de personas con discapacidad de la Casa de la Caridad, señaló que su labor se basa en el amor y la comprensión. “Este no es un trabajo, es una vocación. Yo creo que en la mayoría de familias si existe comprensión”, dijo. En eso coincidió Irma Miño, madre de familia, quien pidió que se abran espacios similares para el diálogo. “Se nota cuando una persona con discapacidad es maltratada. Debemos propiciar el goce de todos los derechos”, agregó.
Los criterios de este encuentro serán socializados durante el “Pacto con la Niñez y Adolescencia con y sin discapacidad” que se realizará en el mes de junio en Quito. Cabe señalar que un informe mundial sobre la violencia contra la niñez de UNICEF dice que: “los niños y niñas con discapacidad tienen mayor riesgo de sufrir violencia por una variedad de razones, que van desde prejuicios culturales fuertemente arraigados, hasta las mayores exigencias emocionales, físicas, económicas y sociales que la discapacidad del niño o niña puede generar a su familia”. (11)
