INTERNACIONAL
Un sismo de magnitud 6, ocurrido la noche del domingo 31 de agosto de 2025, sacudió las provincias orientales de Afganistán, especialmente Kunar y Nangarhar, dejando hasta el momento al menos 800 fallecidos y entre 2.500 y 2.800 heridos. Se espera que estas cifras aumenten conforme se acceda a las zonas más remotas.

El terremoto, con epicentro a unos 27 km al este-noreste de Jalalabad y a una escasa profundidad de entre 8 y 10 km, provocó la destrucción de múltiples aldeas y viviendas de construcción precaria, agravando la crisis humanitaria.
La orografía montañosa y los deslizamientos han obstaculizado la llegada de ayuda. No obstante, helicópteros, equipos militares y personal médico han evacuado a más de 400 heridos y víctimas en 40 vuelos hasta ahora.
Las operaciones de rescate están en pleno desarrollo, con comunidades locales cavando entre los escombros y voluntarios donando sangre en hospitales saturados. La destrucción ha sido especialmente severa en distritos como Nurgal, donde aldeas quedaron reducidas a escombros y gran parte de su población resultó afectada.
Este escenario amplifica la ya frágil situación del país, marcado por una caída dramática en la asistencia internacional: la ayuda humanitaria directa pasó de 3.800 millones de dólares en 2022 a apenas 767 millones en 2025.
Además, los funcionarios talibanes han solicitado apoyo extranjero para reforzar la respuesta ante el desastre, mientras China e India han ofrecido asistencia, y la ONU está movilizando ayuda adicional.