El obispo de Puyo Mons. Rafael Cob García expresó la solidaridad con los hermanos de las comunidades amazónicas de los ríos Coca y Napo. El derrame de crudo ha contaminado las aguas de estos ríos que son su medio de vida, manifestó.
La Pascua del Señor en este año 2020, en medio del dolor por la pandemia del coronavirus, se suma otro dolor. La Pascua de este año se vuelve de color rojo y negro, rojo por la sangre derramada por Cristo en la Cruz y negro por el derrame del petróleo, que siembra de muerte en las riberas de sus cauces, dijo el Pastor.
Ante el sufrimiento de las comunidades, el Prelado invitó a levantar los ojos a la cruz pidiendo que cese el dolor de gente inocente. Citó las palabras del Señor pronunciadas desde la cruz: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me ha abandonado?”, comparando la situación de estos hermanos que, también hoy se sienten como Jesús abandonados, en el grito de su calvario.
Oró para que brote de la cruz, fortaleza para el sufrimiento, consuelo para la tristeza, esperanza para su desconfianza. Imploró al Señor que socorra con su gracia y devuelva a los pueblos de la Amazonia la alegría de la Resurrección, porque nadie queda defraudado cuando en Él confía, porque “todo es posible para el que cree”, finalizo.
