MOVILIZACIONES
El paro nacional convocado por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) alcanzó este lunes 29 de septiembre su primera semana, marcado por un clima de violencia y tensiones crecientes entre el movimiento indígena y el Gobierno de Daniel Noboa. El fin de semana se reportaron graves enfrentamientos en Imbabura.

La Conaie y organizaciones de derechos humanos, como la Fundación Regional de Asesoría en Derechos Humanos (Inredh), denunciaron la muerte de Efraín Fuerez, comunero indígena de Cotacachi, atribuida a una acción militar. Este hecho encendió los ánimos en las comunidades, que anunciaron nuevas medidas de resistencia y ratificaron la continuidad del paro.
El Ejecutivo sostiene una versión distinta. El Gobierno denunció que los hechos en Cotacachi correspondieron a una “emboscada” contra militares, de la cual resultaron 17 uniformados desaparecidos. Además, en un comunicado oficial, calificó las protestas como “actos terroristas” y reiteró que no se abrirá un proceso de diálogo con la dirigencia indígena.
La noche del domingo 28 de septiembre, un convoy humanitario ingresó a Otavalo. A bordo iba el propio presidente Daniel Noboa, junto a representantes de organismos internacionales como la ONU, la Unión Europea, el embajador de Italia y el nuncio apostólico. Según la versión oficial, los vehículos fueron atacados con piedras por manifestantes. Noboa lo confirmó en su cuenta de X, asegurando que se trató de una emboscada a la caravana que él encabezaba.
Por su parte, el presidente de la Conaie, Marlon Vargas, en rueda de prensa desde Quito, negó que la organización tenga retenidos a militares y rechazó la postura gubernamental que criminaliza las protestas.
El paro y los bloqueos de carreteras han generado complicaciones para el transporte de alimentos y combustible, afectando a viajeros y comerciantes que deben caminar largas horas para llegar a sus destinos.
En Ambato, comuneros de los pueblos Salasaka, Chibuleo y Kisapincha marcharon este lunes hacia la Gobernación de Tungurahua, sumándose a las movilizaciones nacionales. Mientras tanto, en Cotacachi se realizaron velorios comunitarios por Efraín Fuerez, cuya muerte ha convertido su figura en un símbolo de resistencia para los pueblos indígenas.