Por: Fabián Cueva
La frase “Isla de Paz” muy repetida en Ecuador, creemos perdió sentido; es más; fue reemplazada por “Zona de Guerra”, por varias causas y especialmente porque quedan pocos lugares públicos, disculpen la generalización, con seguridad.
Desde el primer momento, en los noticieros, redes sociales, prensa escrita… nos saturan de escenas: presos, gente semidesnuda, policías informantes, Ejército, armas, cárceles, droga, municiones en exhibición. Un conjunto de pánico al que nos acostumbramos.
Y, además, porque organismos internacionales de investigación, nos ubican entre los 10 primeros lugares de peligro en el mundo: puesto 146 de 196 y en América Latina de 32 en el sitio 23, con un comentario adicional: “ya existen verdaderas escuelas de sicariato.”
Lo mencionado y algo más, hay razones para afirmar, comenzando porque educativas: ausentismo no hay oportunidades, escasez de medios de trabajo, violencia, robos, problemas internos entre pares, irrespeto a profesores, descomposición familiar, acoso escolar, baja calidad docente y un control disciplinario paupérrimo.
Resumiendo, inclusive nos lleva a preguntar: ¿Por qué hay tantos delincuentes? ¿Los fuera de la ley, se educaron? ¿Por qué el problema de la delincuencia juvenil es el más extendido? ¿Qué factores están actuando en este desastre impactante?
En pequeñas revisiones bibliográfica (National Library of Medicine) o (Plubimed center), en más 80 artículos por 23 años, dicen: los niños que crecen en lugares donde se les brinda afecto, hospitalidad, apoyo económico, social, emocional, se desarrollan normalmente, mientras los que han sufrido abandono, acumulan demasiados riesgos de inestabilidad, fracasan. Y esto, es lo que ocurre en nuestro país, en gran parte de la población.
Entonces, de lo último deducimos que los comportamientos son nocivos, si no hay un lugar para: vivir, estudiar, tener seguridad económica, el fracaso es evidente. Lo decimos como maestros, igual como mencionan y enuncian seria y científicamente, por lógica e investigación: psicólogos, médicos, criminólogos.