Por: Mildred Molineros
Ecuador atraviesa días de tensión. En medio de las diferencias que hoy dividen a sectores sociales y al Gobierno, surge una pregunta esencial: ¿cómo lograr que el conflicto no siga escalando?
Una de las alternativas está en activar un proceso de mediación, en el que los mediadores o facilitadores, terceros neutrales e imparciales, escuchen a cada parte, recojan sus pretensiones y ayuden a acercar posiciones. Su tarea no es imponer soluciones, sino abrir caminos de diálogo.
Estos mediadores deben gozar de la confianza de ambas partes. En crisis anteriores, la Iglesia católica ha cumplido ese rol; también podrían colaborar los organismos internacionales, la academia y la sociedad civil organizada, como universidades y gremios. Su papel consiste en facilitar puentes y construir una agenda común.
En ese marco, podría instalarse una mesa de diálogo entre el Gobierno y la Conaie con condiciones mínimas para sentarse: cese de la violencia, la liberación de detenidos, levantamiento de bloqueos en carreteras, entre otras. Medidas que generen confianza y permitan avanzar hacia acuerdos más amplios.
Se pueden realizar negociaciones por fases separando temas inmediatos, de los estructurales. Esto evita que la conversación se bloquee al intentar resolverlo “todo o nada”.
También es posible conformar mesas técnicas, con comisiones mixtas de expertos del Gobierno y de las organizaciones sociales, que analicen con datos reales la viabilidad de los reclamos.
En conflictos sociales de gran magnitud, la mediación ha demostrado ser especialmente útil porque evita que las diferencias se transformen en escenarios más duros. Reduce la polarización, abre espacios de confianza y amplía las posibilidades de encontrar soluciones compartidas. En casos como el actual, podrían incluso conformarse equipos de mediadores que trabajen en distintos ejes del conflicto.
Hoy la invitación es clara: abrir el diálogo. Gobierno, organizaciones sociales y ciudadanía tenemos la oportunidad de demostrar que, pese a las diferencias, todos somos un mismo Ecuador.