Marzo, un mes en el que se conmemora la reivindicación de los derechos conseguidos por las mujeres en el mundo, en el país se visibiliza los casos de
violencia de género ocurridos en la actualidad. Uno de ellos es el conocido como “Caso Guerrero”.
Este es el caso de Gabriela, (nombre protegido) de 30 años, esposa y madre. Trabajó 2 años 6 meses en una reconocida empresa privada de Riobamba, ocupando el cargo de gerente.

En el transcurso de los dos primeros años, comentó que no existió problema alguno, más al momento de renovar su nombramiento por los siguientes dos años, empezaron los conflictos, las burlas, chistes y acoso frontal por parte del propietario de la empresa.
Gabriel manifestó que al sentirse intimidada, decidió poner su renuncia sin especificar la razón principal por la que dejaba el trabajo, y más bien indicó que deseaba continuar con sus estudios y cursaría una maestría.
El empresario aceptó la renuncia el 22 de febrero del 2018, pero Gabriela se quedó hasta finales de mes para dejar todos los documentos e información en orden a la nueva gerente.
La víctima argumentó que fueron los primeros días de marzo del 2018, cuando supuestamente empezó la extorsión, al recibir la llamada del empresario, en la que él le propuso tener relaciones sexuales a cambio del sueldo completo del último mes laborado, a lo que ella respondió con un mensaje directo: “que se trague su dinero”. Hasta la fecha, ese sueldo no es cancelado y el empresario continúa acosándola, indicó.

Según contó, pasaron algunas semanas y Gabriela ingresó a laborar en una empresa pública de la ciudad, sin imaginar que a los ocho días, esta persona emitiría un escrito dirigiéndose a las máximas autoridades para pedir una reunión, cuestionando las razones por las que fue contratada y solicitando el despido inmediato de sus funciones, indicando que en caso de no hacerlo, acudiría a las máximas autoridades nacionales.
Hasta ese momento, la denunciante recibió el respaldo de los directivos de la institución pública en la que laboraba en ese entonces, ellos la apoyaron y decidieron no hacer caso a lo solicitado.
Más adelante, por su buen desempeño, la ascendieron al cargo de contadora, lo cual llegó a oídos del empresario, y al enterarse que la remuneración de Gabriela era mayor, viajó a Guayaquil a exigir su despido inmediato. Ante este hecho, las autoridades de esta institución pública piden la renuncia de Gabriela; sin embargo, la víctima se niega a hacerlo para tener una prueba del acoso; en el mes de junio, le notifican su despido dándole plazo hasta fin de mes para entregar la dependencia.

En ese momento, Gabriela decide denunciar este caso como acoso sexual: “ya no puedo seguir callando, necesito que alguien me ayude, acudí a la Fiscalía a poner mi denuncia verbal, me indicaron que me acerque al día siguiente a conversar con la Fiscal (Lilian Ch.), ella me dijo que van a iniciar la investigación, y que no necesitaba un abogado”.

Gabriela comentó que en todo el proceso, “el agresor ha hecho uso de su poder, acudiendo a diferentes instancias y amistades; a mediados de diciembre, el empresario puso 2 denuncias por abuso de confianza en mi contra; la una por el circulo de negocios de la empresa, en donde dice que, como gerente, he ingresado a roles de pago, lo cual es falso, pues existe un acta de remuneración más beneficios de ley. A esta denuncia se suman las de fraude procesal, perjuro, falsificación de firma, entre otras”, añadió.
El caso fue cambiado de fiscal a manos de Ana C., quien también investigó y dio fecha de audiencia, de las cuales dos fueron pospuestas.
ENTRESACADO
“Han ido pasando las cosas y no hay justicia; estamos buscando en Riobamba apoyo de instituciones, organizaciones, pero no encontramos. Se habla de que las mujeres denunciemos, pero para qué vamos denunciar, si el dinero y poder de este señor es más fuerte. La exmujer de él me buscó y me dijo que él puede comprar fiscales, tengo el audio grabado”, aseveró.
“La exmujer me dice que se ha enterado por el hijo que él está obsesionado conmigo, que no me va a dejar en paz, que me está haciendo persecución por las noches, a ver en dónde estoy y qué hago. Se metió con mi esposo a decir que mi hija no era de él para destruirme, yo digo para qué uno puede denunciar si hay represalias; los fiscales se venden”, finalizó Gabriela con lágrimas en los ojos.
Pronunciamiento de su Abogada
María Fernanda Yaulema, abogada defensora de la víctima, indicó que este proceso ha sido desgastante, ya que no solo fue un caso de violencia sexual contra la víctima, sino también por la violencia sistemática y psicológica a la que ha sido sometida.
Seis denuncias fueron las que recibió la víctima por parte del agresor como respuesta a su denuncia. “Es desgastante para la víctima comparecer a la Fiscalía permanentemente en esas 6 investigaciones. Eso ha implicado que la víctima ha sido incluso revictimizada. Esas cosas son las que pasan en nuestro país cuando se tiene poder, plata; vemos que la justicia ahí sí es rapidísima con los agresores”, afirmó Yaulema.
Plantón
El 17 de marzo será la última audiencia en el juicio de juzgamiento; colectivos y organizaciones invitan a la ciudadanía a participar de un plantón en los exteriores del Consejo de la Judicatura (vía a Chambo), a las 08h00.
Además, se han pronunciado en redes sociales, indicando que permanecerán vigilantes al accionar del aparato judicial para que se haga justicia en el caso de Gabriela. (13)