CRISIS
América Latina enfrenta una crisis energética sin precedentes, que afecta de manera profunda a varios países de la región. Esta situación se ha visto exacerbada por la combinación de fenómenos climáticos adversos, redes eléctricas obsoletas y una falta crónica de inversiones en infraestructura energética durante décadas. Los efectos de la crisis impactan de forma diversa, y en cada país se observan particularidades que complican aún más el panorama general.

Latinoamérica enfrenta una crisis energética que afecta la estabilidad económica y la vida diaria de millones de personas. La escasez de energía en países como Argentina, Venezuela, Ecuador y Cuba ha puesto en evidencia problemas estructurales y el impacto del cambio climático en las fuentes de generación eléctrica.
La región, históricamente dependiente de fuentes hidroeléctricas, sufre las consecuencias de sequías prolongadas que han reducido el caudal en embalses críticos. En Ecuador, la disminución de lluvias y el estiaje severo han afectado el rendimiento de las principales centrales hidroeléctricas.
Plantas como Mazar, Paute-Molino, Sopladora y Coca Codo Sinclair, que juntas cubren cerca del 38% de la demanda nacional, están operando a solo un tercio de su capacidad debido a la escasez de agua en sus embalses. Esta situación ha provocado apagones de hasta 14 horas diarias en algunas ciudades, lo que ha generado gran preocupación entre la población y las autoridades. La falta de preparación en el parque termoeléctrico del país ha agravado la crisis, dejando al país sin una alternativa rápida para compensar la baja producción hidroeléctrica.

El presidente de Ecuador, Daniel Noboa Azín, en una entrevista con TC Televisión, explicó la gravedad de la situación y las medidas que el gobierno está implementando para mitigar la crisis, como la incorporación de 434 MW de energía recuperada y nuevas adquisiciones. Noboa espera superar la emergencia para diciembre de 2024, aunque reconoce que la meta es desafiante, especialmente porque el periodo de sequía más intenso coincide con los últimos meses del año en la cuenca oriental, donde se encuentran las principales hidroeléctricas. “A lo largo de este año se han tomado medidas para la nueva generación eléctrica. Si todo sale como lo planificamos debería; estar solucionado en diciembre; ya no debería haber apagones”, declaró.
Mientras tanto, el presidente ecuatoriano busca colaboración internacional y ha solicitado a su homólogo colombiano, Gustavo Petro, que reanude la exportación de energía hacia Ecuador, una propuesta que planea discutir en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP16) en Cali. El primer mandatario dijo también que se invertirán más de USD 700 millones para nueva generación de energía: “nuclear, solar, eólica”. Todo suma, hay que tener diversificación adecuada”, puntualizó. Precisamente, indicó que existen diálogos con Francia sobre energía nuclear; además, está en marcha un proyecto solar de USD 80 millones con apoyo del gobierno canadiense. A ello, también, se suma el proyecto hidroeléctrico Paute-Cardenillo.
¿Qué está pasando en el resto del continente?
En Cuba, la situación es especialmente crítica. La obsolescencia de su red de generación ha derivado en apagones que, en algunas zonas, llegan a durar hasta 20 horas. Solo un 16% de la población cubana cuenta con acceso a electricidad estable, mientras que gran parte de la isla permanece oscura.
Además, la tormenta tropical Óscar, con vientos de hasta 110 kilómetros por hora, afectó aún más la infraestructura ya deteriorada, complicando los esfuerzos de reparación y mantenimiento. Las autoridades han señalado que las siete centrales termoeléctricas del país, construidas hace más de cuatro décadas, operan a una capacidad mínima o están fuera de servicio, lo cual limita gravemente la capacidad de respuesta a la crisis.

En Brasil, la crisis energética se agrava por la sequía en la Amazonía, que ha desencadenado incendios forestales y ha reducido los niveles de agua en los embalses. Las plantas hidroeléctricas, que generalmente son las principales fuentes de energía en el país, operan ahora a solo un 10% de su capacidad.
En respuesta, el gobierno ha optado por activar plantas térmicas alimentadas con gas y diésel, aunque la idea de implementar apagones aún no ha sido descartada si la situación persiste o empeora. El sistema eléctrico mexicano también ha sido afectado.
Durante mayo, las altas temperaturas aumentaron considerablemente la demanda eléctrica en 18 de los 32 estados del país, provocando cortes en el suministro. La estructura energética de México depende en gran parte, aproximadamente un 70%, de las importaciones de electricidad de Estados Unidos. Esta dependencia ha vuelto al sistema particularmente vulnerable a la escasez y al encarecimiento del suministro en momentos de crisis.
Argentina y el plan de emergencia ante el verano
En Argentina, la preocupación por la capacidad de suministro energético en la temporada de verano ha llevado al presidente Javier Milei a anunciar un plan de emergencia para mitigar los efectos de la crisis. El sistema eléctrico argentino enfrenta deficiencias debido a la falta de mantenimiento y de inversión durante años, lo cual ha dejado a la red vulnerable a posibles fallas.