CASO
Delia.H (fuente protegida) oriunda de Riobamba, se dedica hace un par de años a la comercialización de pantalones jean y otro tipo de prendas, pensaba hacer “el negocio de su vida” cuando se contactó con un vendedor de nacionalidad colombiana, por recomendación de su amiga Angela.C. Según consta en la denuncia, él ofertó buena calidad a un bajo precio. Algo que le llamó la atención a la presunta estafada, pero lo barato le salió caro.
Confiando en la recomendación de su amiga, se puso en contacto con el vendedor, mediante una llamada, luego de un par de preguntas y repuestas el vendedor le aseguró que toda la ropa era nueva y que venía con su etiqueta respectiva, así lo comenta la implicada “según el vendedor, los pantalones eran de buena calidad y se vendían bien, eran de fabricación colombiana”.
Entonces, se acordó encontrarse en los patios de comida del Centro Comercial La Condamine el 13 de enero del 2024 a las 19h00, una vez en el sitio, el vendedor y su acompañante entregaron 4 bultos de ropa sellados y la compradora pagó una alta cifra de dinero por ellos, así lo relata la estafada: “al abrir las fundas que contenían los pantalones en mención, los mismos no eran nuevos como me ofertaron y no estaban con etiquetas, ni acorde al precio que pague por ellos, esto es $600,00“.
Sin embargo, no eran los únicos detalles que contenían estos bultos de ropa, “los pantalones tenían la tela de las entrepiernas escarmenadas, y deshiladas por la vejez que presentaba cada pantalón, se encontraban muy estirados por el uso, claramente no eran nuevos”, indicó.
Ahora la comerciante busca al vendedor colombiano, quien ya no contesta su teléfono, para que responda por el dinero entregado y la ropa en mal estado, además pide a las autoridades se investigue este hecho y se sancione al presunto estafador.
