ABUSO
El Tribunal de Garantías Penales de Cotopaxi emitió el 13 de marzo una sentencia condenatoria de seis años y ocho meses de prisión para Guillermo J., tras ser hallado culpable de presunto abuso sexual contra su cuñada, una adolescente de 17 años. Además, el juez ordenó el pago de 3.000 dólares como reparación integral a la víctima, quien ha sufrido importantes consecuencias emocionales y psicológicas tras el ataque.

Los hechos ocurrieron el 1 de diciembre de 2017, en la parroquia Cochapamba. La madre de la víctima presentó la denuncia ante las autoridades, luego de que su hija, visiblemente angustiada, le contara lo sucedido. Según el relato de la joven, Guillermo J. ingresó a su habitación, la empujó sobre la cama, la tocó inapropiadamente y la forzó a intentar mantener relaciones sexuales.
Además, la víctima detalló que el agresor intentó asfixiarla con una tela, pero logró escapar tras una lucha en la que resultó con lesiones en el cuello. A raíz de esta denuncia, la Fiscalía de Cotopaxi inició una investigación para determinar la responsabilidad de Guillermo J.
Durante el proceso judicial, se presentó una serie de pruebas que incluyeron varios testimonios, un informe detallado sobre el reconocimiento del lugar de los hechos y un informe psicológico que evidenció el daño emocional que sufrió la víctima, quien ha presentado síntomas de depresión desde el abuso.
La joven también fue sometida a un test de credibilidad realizado por un perito psicólogo, quien concluyó que su testimonio era “altamente creíble”. Además, se incorporó el testimonio anticipado de la víctima, rendido ante un juez competente, en el que relató los detalles del ataque de manera consistente y clara. Estas pruebas fueron determinantes para que el tribunal desestimara la presunción de inocencia de Guillermo J.
El agresor, tras ser confrontado por la madre de la víctima, negó los hechos y abandonó la vivienda, sin embargo, al día siguiente intentó contactar a la joven a través de un intermediario, lo que fue considerado un intento de manipulación para que la víctima cambiara su versión de los hechos.
Durante el juicio, la Fiscalía argumentó que el abuso sexual cometido por Guillermo J. se agrava aún más por la relación familiar entre el agresor y la víctima.