INSEGURIDAD
La madrugada del 17 de marzo, un estruendo sacudió la avenida Lizarzaburu y la calle Araceli Gilbert en Riobamba. La calma de la madrugada se rompió cuando un grupo de al menos tres personas intentó sustraer el dinero de un cajero automático en una farmacia.
Para ello, usaron un artefacto explosivo que no solo destruyó parte del dispensador de dinero, sino que también causó serios daños en el establecimiento.
Testigos relatan que los sospechosos llegaron en una camioneta y actuaron con rapidez. La explosión destrozó ventanales, mostradores y anaqueles de la farmacia, dejando escombros esparcidos por el local. Sin embargo, la presión del tiempo y la posible presencia de cámaras de seguridad los obligó a abandonar su objetivo y huir antes de concretar el robo.
El estruendo despertó a los vecinos, quienes alarmados llamaron a las autoridades. Minutos después, la Policía Nacional llegó al lugar, aseguró la escena y comenzó a recopilar evidencias. Se revisaron grabaciones de seguridad y testimonios de moradores para identificar a los responsables y determinar si se trata de un grupo criminal con antecedentes.
Con la luz del día, los daños quedaron en evidencia, cristales rotos, estructuras afectadas y productos regados en el suelo. Para los dueños del establecimiento, más allá de las pérdidas materiales, el temor a que estos hechos se repitan genera gran preocupación.
