MIGRACIÓN
La Corte Suprema de los Estados Unidos aprobó el lunes 7 de abril de 2025, de manera temporal, que el presidente Donald Trump invocara la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 para acelerar las deportaciones de presuntos miembros de pandillas.

Esta decisión le otorga a la Casa Blanca una victoria significativa, permitiendo a las autoridades de inmigración utilizar esta ley con fines de deportación mientras se resuelve el litigio en tribunales inferiores.
La decisión, que se adoptó sin una firma oficial, permitió que Trump continúe con el uso de esta ley controvertida, a pesar de las objeciones de los jueces liberales de la Corte Suprema. La jueza conservadora Amy Coney Barrett también expresó una discrepancia parcial.
La apelación de emergencia presentada por el presidente fue una respuesta a una orden del juez de distrito James Boasberg, quien había bloqueado temporalmente el uso de la Ley de Enemigos Extranjeros para deportar a cinco ciudadanos venezolanos que demandaron al gobierno. En su decisión, la Corte Suprema anuló las órdenes de Boasberg, permitiendo que las deportaciones prosiguieran.
Sin embargo, el tribunal dejó en claro que los migrantes afectados por esta ley deben recibir una notificación adecuada sobre su deportación y la oportunidad de presentar demandas de hábeas corpus antes de ser expulsados del país. Esto garantiza que los detenidos tengan tiempo suficiente para impugnar su deportación en los tribunales correspondientes.
La implementación de esta ley ha sido un tema polémico, y la decisión de la Corte Suprema genera nuevas tensiones en el debate sobre la inmigración y los derechos de los migrantes en EE.UU.