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miércoles, abril 30, 2025

La importancia de estar emocionalmente presentes

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Por: Beatriz Viteri Naranjo

La Organización Mundial de la Salud define a la salud mental como un estado de bienestar en el cual el individuo puede hacer frente a las tensiones normales de la vida, trabajar de forma productiva y contribuir a su comunidad.

Muchas personas asumen que tener buena salud mental significa simplemente no estar deprimido o ansioso; sin embargo, la salud mental va mucho más allá de la ausencia de trastornos psicológicos, incluye aspectos como: la capacidad de sentir y expresar emociones, el manejo adecuado del estrés, la resiliencia ante las adversidades, el mantener relaciones interpersonales positivas, así como el equilibrio entre las diferentes áreas de la vida.

Si una persona descuida estos aspectos, pueden aparecer desequilibrios emocionales derivando en trastornos más graves, ya que, la salud mental es el resultado de una interacción compleja entre factores biológicos, psicológicos y sociales; por ello, es importante mantener una actitud proactiva hacia el autocuidado emocional, tanto en la prevención como en el tratamiento.

En todos los ambientes se puede experimentar un estrés prolongado, como en el laboral, lo cual, sin un manejo adecuado puede derivar en el llamado “burnout” o síndrome de agotamiento profesional; así también, en el ámbito familiar, una persona emocionalmente inestable puede afectar el equilibrio del hogar, generando conflictos o distanciamiento afectivo.

Sin duda, uno de los mayores obstáculos para el cuidado de la salud mental es el estigma social; ya que, por lo general se considera que quienes enfrentan dificultades emocionales son “débiles”, “dramáticos” o “incapaces”, juicios de valor que desalientan a las personas a hablar de lo que sienten, o, a buscar ayuda profesional. Ante ello, se debe romper estigmas, porque, hablar es parte de sanar.

Precisamente, hablar de tristeza, ansiedad, o crisis personales no debe ser motivo de vergüenza, porque, así como se acude al médico cuando se siente algún dolor físico, se debe sentir igual de cómodo buscando ayuda psicológica, cuando algo no anda bien en su interior.

Es prioritario promover una cultura de escucha, empatía y respeto, porque ello puede hacer la diferencia en la vida de muchas personas; de ahí la importancia del rol de la educación y las políticas públicas, porque la promoción de la salud mental, no debe recaer únicamente en el individuo, sino en las instituciones educativas, las empresas, los gobiernos, que tienen la obligación de garantizar el derecho a la salud, incluyendo la salud mental, a través de  campañas públicas de concientización y políticas laborales que promuevan el bienestar emocional; su papel es fundamental para generar entornos sanos, inclusivos y seguros, siendo prioritario el invertir en salud mental, porque no solo mejora la calidad de vida de las personas, sino que además, reduce el ausentismo escolar, laboral y los costos de salud, lo cual aumenta la productividad.

Dar atención a la salud mental es un acto de responsabilidad y amor propio; por ello, es prioritario educar desde edad temprana sobre la importancia de expresar las emociones, el manejo del estrés; y, buscar ayuda cuando sea necesario, para garantizar generaciones más resilientes y empáticas.

La salud mental no solo evita enfermedades; permite también, cultivar una vida emocional plena, equilibrada y consciente; porque en un mundo cada vez más exigente, promueve la desconexión emocional, por ello, detenernos a escuchar lo que sentimos es una forma poderosa de resistencia.

¡Pedir ayuda y construir redes de apoyo, no nos hace débiles; nos hace humanos!

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