Por: Salvatore Foti
El triunfo de Noboa en las últimas elecciones ha sido arrollador. La mayoría de los ecuatorianos temió más una posible desdolarización y a los gestores de paz que a la mala gestión del actual Gobierno. Sin embargo, Noboa no puede seguir con su falta de acción, que casi le cuesta la reelección, y debe contagiarnos e involucrarnos con su visión y el rumbo que anhela para el país.
De lo contrario, deberíamos dejar de hablar de que empieza su segundo periodo y, más bien, contemplar el hecho de que empezó la cuenta regresiva de su mandato, pues sería muy difícil acabar un segundo mandato sin saldar las deudas más inmediatas con su electorado, que seguramente exige soluciones tangibles a los problemas que todos enfrentamos diariamente.
Noboa debe construir su propia marca y dejar de hablar del correísmo. De hecho, aunque la izquierda no se halla y no logra compactarse, la derecha tampoco se identifica plenamente con el noboísmo y podría abandonarlo si no ve acciones pragmáticas. El Presidente debe garantizar solvencia y capacidad de decisión. Ha tomado decisiones difíciles, como invadir una Embajada, pero no ha tenido la misma determinación a la hora de tomar decisiones para mejorar la seguridad, la salud y el sistema energético del país. También falta reactivación económica y la creación de fuentes de empleo formal. Todo esto le debe al país, y por eso será crucial ver su nuevo gabinete: y para crear una marca sólida debe elegir figuras institucionales reconocidas que tengan una gran trayectoria, y se diferencien, por ejemplo, de algunos funcionarios que no tienen. La talla para ocupar los puestos que le asignaron.
Noboa debe empezar a alinear su agenda con la agenda país, o surgirán otros líderes que aprovecharán la posible falta de iniciativa y credibilidad que podría volver a caracterizar este Gobierno.