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En una entrevista exclusiva con The Economist, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, reafirmó su compromiso con los límites constitucionales del poder, dejando claro que no buscará la reelección indefinida y que respetará el marco democrático del país. “No me quedaré ni un segundo más de lo que la Constitución me permite”, declaró, en referencia a su actual periodo presidencial.
Durante la conversación, Noboa expuso los pilares de su estrategia de seguridad, enfocada en desarticular a las bandas del crimen organizado que operan en Ecuador. Entre sus planes figura el asesoramiento de expertos internacionales como Erik Prince, y la solicitud de cooperación en materia de seguridad a países como Israel, Emiratos Árabes Unidos y Estados Unidos.
También dijo no descartar una eventual colaboración con China.Uno de los temas más sensibles abordados fue su interés en reformar la Constitución para permitir la presencia de bases militares extranjeras en territorio ecuatoriano, una medida que ha generado debate en el ámbito político nacional.
No obstante, The Economist matiza que esta posibilidad no está entre las prioridades actuales del gobierno de Donald Trump.La publicación británica tituló su perfil como “Un hombre de Harvard convertido en cazador de narcos”, destacando la formación académica de Noboa y su enfoque pragmático ante los retos de seguridad.
El mandatario admitió que la lucha contra el crimen es compleja y evoluciona constantemente: “Los grupos se adaptan, las guerras no son lineales”, señaló.La entrevista también ahonda en la reciente aprobación de la llamada *Ley de Solidaridad Nacional*, una normativa que fortalece la capacidad del Ejecutivo para declarar conflictos armados internos y reduce la injerencia de la Corte Constitucional, órgano que en ocasiones ha bloqueado decretos de estado de excepción.
Respecto a las críticas por la continua militarización del país, Noboa reconoció los riesgos implicados, pero aseguró que todo abuso será sancionado: “Prometo procesar a los soldados que cometan excesos”, enfatizó.
Lejos de buscar consolidar un poder autoritario, el presidente remarcó su voluntad de preservar el equilibrio institucional: “Nunca ignoraré la importancia de un parlamento o del poder judicial, y no puedo ir en contra de la Corte Constitucional”.
Sobre las comparaciones con Nayib Bukele, mandatario de El Salvador, Noboa expresó respeto pero rechazó ser equiparado con él. “Esa comparación es absurda”, dijo, al tiempo que manifestó sentirse más cercano a figuras como Emmanuel Macron y Luiz Inácio Lula da Silva, a quienes considera referentes por su estilo de liderazgo.
A sus 36 años, el presidente Noboa proyecta una imagen juvenil y moderna en redes sociales, lo que ha contribuido a fortalecer su presencia mediática. Sin embargo, su administración sigue bajo el escrutinio público debido al equilibrio que debe mantener entre seguridad y democracia, en un país marcado por la violencia y la inestabilidad política.
