SENTENCIA
La sala del Tribunal de Garantías Penales se convirtió en el escenario de una sentencia contra el crimen organizado, en el cantón Colta. Jenny Graciela B. C., implicada en un secuestro fue condenada a cinco años de prisión por su participación en el delito. Este veredicto, aunque significativo, no hace más que arrojar una luz sobre la persistente ola de violencia que sigue azotando a las regiones rurales de Ecuador.

La sentencia se produjo tras un juicio exhaustivo que expuso la cruda realidad del secuestro ocurrido en la madrugada del 16 de agosto de 2024 en la vía Riobamba-Guayaquil, específicamente en el sector “El Lirio”. Allí, un grupo de cuatro delincuentes, armados y decididos, secuestró a un conductor de camión, despojándolo de su vehículo y, peor aún, de su libertad.
Lo que parecía un robo más, se transformó rápidamente en una pesadilla para la víctima: más de 48 horas de cautiverio en una vivienda precaria del cantón Jujan, provincia de Guayas. Durante ese tiempo, los secuestradores no solo sometieron a la víctima a agresiones físicas, sino que exigieron una suma de dinero exorbitante a cambio de su liberación.
El giro en la trama llegó cuando, gracias a la intervención de la Policía Nacional, se logró rastrear la ubicación del cautivo. En una vivienda de construcción mixta, Jenny B. C. fue detenida mientras custodiaba a la víctima, quien permanecía atado de pies y manos.
En el lugar también se hallaron indicios importantes, como un arma de fuego, que vinculaban directamente a la acusada con el secuestro. Pero la condena no terminó ahí. Omar C. R. y José V. F., quienes fueron los principales autores del secuestro, la extorsión y el robo, también enfrentan una sentencia de 30 años y 8 meses de prisión, una pena que busca reflejar la gravedad de su implicación en los crímenes que alteraron la paz en la región.