Con contundencia ofensiva, liderazgo y una arquera en estado de gracia, la Selección Femenina de Ecuador logró este 15 de julio, su primera victoria en la Copa América y se ubica como líder del Grupo A. El 3-1 ante Perú confirma un crecimiento sostenido con ciertas fragilidades que, de no corregirse, pueden costar caro en las siguientes jornadas.

El proceso que lidera Eduardo Moscoso al frente de la selección femenina ecuatoriana empieza a dar señales de evolución. Pero en torneos como la Copa América, la ilusión debe caminar con los pies en la tierra, Ecuador se impuso por 3-1 a Perú en el estadio Banco Guayaquil de Independiente del Valle, sumó cuatro puntos y es líder de su grupo.
La clasificación a semifinales parece cercana, pero el triunfo, aunque justo, deja tareas pendientes. Luego del empate con sabor a hazaña en el debut ante Uruguay (2-2), el partido ante Perú era distinto, había que ganar y la Tri lo logró. Hubo pasajes del encuentro en los que las peruanas dominaron, principalmente en el segundo tiempo.
La diferencia estuvo en la pegada ofensiva de Ecuador y sobre todo, en la figura monumental de Andrea Morán bajo los tres palos. La victoria tiene un valor inmenso: por lo que representa para un equipo que, durante años, ha sido relegado del protagonismo sudamericano.
Hoy, Ecuador se muestra solvente, muestra identidad y tiene variantes ofensivas que pueden hacer daño a cualquier rival, la Tri quedará libre en la siguiente fecha y volverá a competir el 21 de julio ante las chilenas. Ese parón puede ser una oportunidad para ajustar detalles, corregir errores, recuperar físicamente a la plantilla y planificar con entereza el siguiente paso.