Emelec clasificó a los octavos de final de la Copa Ecuador, pero lo hizo con más angustia que argumentos, con más penales que fútbol. En una noche en la que todo le costó, el ‘Bombillo’ eliminó al Miguel Iturralde, equipo de Segunda Categoría, por 5-4 desde los once pasos, tras igualar 1-1 en los 90 minutos reglamentarios.
El marcador, camufla una realidad, este Emelec sigue sin convencer. Jugar ante un rival inferior, en el papel, no garantiza comodidad. Y menos cuando la estructura interna aún tambalea.
El elenco dirigido por Guillermo Duró llegó al estadio con la obligación de imponerse con autoridad, pero lo que mostró fue un equipo confundido, lento en transiciones y sin ideas para romper la resistencia de un equipo que jugó con orden y hambre. Los problemas comenzaron antes del entretiempo.
Tras varios intentos fallidos por imponer ritmo, Emelec recibió el primer golpe al minuto 39, un error defensivo de Jackson Rodríguez, terminó en el 1-0 a favor del Miguel Iturralde, siendo la consecuencia lógica de un partido en el que el equipo de Serie A parecía más incómodo que el de Segunda Categoría.
El segundo tiempo exigía carácter, y el cuerpo técnico lo entendió. Duró hizo cuatro cambios apenas reiniciado el juego, en un intento por refrescar un mediocampo plano y un ataque sin filo. Pero la suerte no acompañó. Uno de los recién ingresados, Christian Cueva, sufrió una molestia que limitó su movilidad desde el primer contacto con el balón.
Con los cinco cambios ya ejecutados, el peruano tuvo que permanecer en cancha. Fue Diogo Bagüí, quien encontró el gol de la igualdad al minuto 65. No fue una jugada de elaboración pulida, pero sí un premio a la insistencia. El empate condujo a la inevitable definición por penales.
Allí, la costumbre de convivir con la presión terminó por inclinar la balanza. Emelec fue más efectivo desde los doce pasos, y terminó ganando la serie por 5-4.
