LIGAPRO
En el cierre de la Fecha 24 de la LigaPro, empataron 1-1 Deportivo Cuenca y Emelec, con una discutida actuación arbitral de Bryan Loayza, que volvió a dejar en entredicho al arbitraje ecuatoriano.
Norberto Araujo, entrenador del cuadro cuencano, no ocultó su molestia en la conferencia de prensa posterior. “A nuestros jugadores les dieron codazos y nunca vieron el VAR. ¿Depende de lo que piense el árbitro? ¿De la interpretación del árbitro? ¡Ya basta!”, exclamó con visible frustración, en una declaración de malestar.
A los 12 minutos, Juan Pablo Ruiz Gómez, jugador eléctrico, fue expulsado por un pisotón sobre Mateo Maccari. La decisión arbitral dejó a Emelec en inferioridad numérica, sin embargo no fue revisada por el VAR, ese fue el primer síntoma de una noche en la que la tecnología brilló por su ausencia o, peor aún, por su aplicación selectiva.
Poco después, el delantero José Angulo golpeó con el codo a Alexis Rodríguez en una acción que, de acuerdo con el reglamento, merecía sanción disciplinaria severa. Sin embargo, la jugada pasó inadvertida para el central y no fue objeto de análisis en la cabina del VAR. En el complemento, la polémica se trasladó al área contraria.
Loayza sancionó un penal a favor de Emelec luego de que el balón impactara en la mano de Eugenio Raggio. Las repeticiones evidenciaron que el brazo estaba pegado al cuerpo, lo que encajaría dentro de una posición natural según las reglas vigentes.
Son ya varios entrenadores y futbolistas que han alzado la voz en las últimas jornadas, denunciando criterios dispares y errores que han incidido directamente en el desarrollo de los partidos.
El bajo nivel del arbitraje local, sumado a la falta de transparencia en el uso del VAR, deja un malestar en los equipos perjudicados que trabajan bajo una planificación que no contempla las fallas tan habituales del referato.
