Durante un operativo ejecutado por la Policía Nacional a través de la Dirección Nacional de Investigación de Policía Judicial, el 19 de agosto, se hallaron dos vehículos, dos motocicletas, un arma de fuego y varios dispositivos móviles, elementos que resultaron ser clave en la desarticulación de una organización criminal dedicada al robo y comercialización ilegal de vehículos en Chimborazo.

En el marco de la operación Acero II, cuatro sujetos fueron detenidos tras una investigación que, inicialmente rutinaria, reveló una red criminal sofisticada. La Policía Nacional, mediante técnicas avanzadas de inteligencia, desmanteló una organización dedicada no solo al robo de vehículos, sino también al tráfico de piezas.
Los detenidos incluyen a Diego S., con antecedentes por asesinato, robo y receptación; Jeniffer B., implicada en robo y hurto; William M., vinculado a tráfico de sustancias y receptación; y Luis A., clave en la red pese a no tener antecedentes previos.
Lo que parecía ser un simple robo de vehículos se reveló como una operación mucho más sofisticada. Según expertos en criminología, este tipo de redes suelen operar con un alto grado de organización, lo que hace difícil rastrear a todos los miembros.
La investigación inicial sugiere que los vehículos robados eran desmantelados en talleres clandestinos ubicados en las zonas rurales de Chimborazo y sus partes eran distribuidas en mercados ilegales en diferentes provincias.
Además de los vehículos y piezas, las investigaciones apuntan a que la red operaba en colaboración con otros grupos fuera de Chimborazo, extendiendo su alcance a provincias vecinas.
A medida que se analizan los dispositivos incautados y se examinan las conexiones de la red criminal, se espera que surjan nuevos detalles que puedan ayudar a identificar a otros miembros de la organización. El futuro de los detenidos ahora está en manos de la justicia. Los cuatro sujetos enfrentan cargos graves.