
Por. Eduardo Díaz A.
No nos puede resultar indiferente, la gravitación del socialismo y su vertiginosa caída, y es que los ciudadanos han comprendido, una realidad que es inevitable, que la ideología que nació, del “fetichismo de las mercancías”, teorizado por Marx “El Capital, Libro primero, Cap. I, La Mercancía”, hoy está más débil que nunca, ¿por qué? Por la tercera revolución industrial, y por la metapolitica, que le ha reducido a una torre de cristal cartesiana, donde lo digital a reemplazado su inválida teoría con la realidad política de su genius loci.
Las grandes mutaciones de la globalización, han demostrado lo contrario a la teoría marxista, y la paradoja irresoluta de la “La China comunista”, que se ha convertido en una especie del nuevo modelo capitalista, en retrospectiva , esta ideología que viene en desgaste desde 1945, si allá, por el fin de la segunda guerra mundial , cuando se creó el bloque del Este, también llamado bloque comunista, países socialistas en Europa Central y del Este al final de la guerra fría, hace 80 años, y que a finales de la década de los ochenta, (1989), más de 40 países abandonaron esta idea.
La marea roja está a la deriva, y arrinconada, -de lo poco que queda en América Latina y el Caribe-, la represión, la teoría conspirativa, y la corrupción de sus lideres políticos, los han llevado a la auto aniquilación, Verdad irrefutable, el socialismo en Venezuela está por fenecer, es fáctico, es real, Maduro a semanas del acero de la ley.
La lección es simple, que en las sociedades modernas, el socialismo es contrafactico, no existe, particularmente por lógica modal, porque la teoría de Marx, no va en sintonía del intercambio de las mercancías, productos y servicios; por globalización y digitalización <GovTech>, y en la práctica sociodemográfica, las nuevas generaciones, Millennials, Generación Z y Generación Alpha, ni si quiera la tienen dentro de la agenda colectiva, porque ven en esta ideología un “imaginario reducido”, que está asociado con la ineficacia económica y la represión política, de ahí que lo poco que queda, agoniza , y con ardientes revelaciones en el devenir.