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sábado, septiembre 6, 2025

Opulencia de tiranos

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Por: Franklin Barriga

Rafael Leónidas Trujillo consideró a República Dominicana como su feudo; la dominó durante 31 años. Cometió toda clase de abusos y acumuló riqueza que le convirtió en uno de los mayores potentados del planeta.

Pereció en una emboscada, en la carretera que conduce de Santo Domingo a San Cristóbal, el 30 de mayo de 1961. Mario Vargas Llosa le retrató en su novela La fiesta del chivo, que la escribió luego de vivir ocho meses en la pintoresca isla caribeña y receptar informaciones de quien se hizo llamar Benefactor y Padre de la Patria Nueva, Paladín de la Libertad y hasta Genio de la Paz. En su condición de Generalísimo del Ejército Dominicano detentó supremacía absoluta.

Hugo Chávez Frías, que nació en Sabaneta, Barinas, de un hogar sin recursos económicos, una vez que se encaramó en el poder de Venezuela por catorce años, se convirtió en un potentado, cuya fortuna calculada en cuatro mil millones de dólares –producto de desfalcos a las arcas del país, especialmente fondos petroleros- superó al del magnate Gustavo Cisneros. Su hija María Gabriela Chávez, que fungió de primera dama y representante ante la ONU, es la persona más acaudalada de la actualmente desventurada patria de Simón Bolívar.

A Nicolás Maduro, que desgobierna Venezuela por más de diez años, se le acaba de confiscar más de 700 millones de dólares en activos, en los Estados Unidos que, además, puso una recompensa de 50 millones de dólares a quien proporcione información que conduzca al arresto del dictador, acusado de ser cabecilla del cartel de los Soles. Antes de afiliarse al chavismo, este sujeto repugnante fue conductor de autobús y guardaespaldas de un político.

Pueden mencionarse numerosos y otros casos de tiranos que reducen a la miseria y opresión a sus pueblos, mientras ellos y sus familiares se convierten en dueños de mal habidas y colosales fortunas.

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