OPERATIVO
Doce detenidos, armas, vehículos y autopartes incautadas fue el saldo de un operativo simultáneo que destapó la operación de una banda dedicada al robo en Riobamba y cantones cercanos, la madrugada del jueves 11 de septiembre de 2025, cuando la quietud de varios barrios de Riobamba y comunidades aledañas se rompió con un estruendo.

En cuestión de segundos, patrulleros, camionetas policiales se desplegaron en silencio, rodeando casas previamente identificadas por inteligencia.
El golpe fue quirúrgico: allanamientos simultáneos en distintos puntos de Chimborazo. Las puertas fueron derribadas con mazos y herramientas hidráulicas mientras los gritos de “¡Policía Nacional!” resonaban en medio de la confusión de los moradores.
Así comenzó un operativo que terminaría con la captura de doce integrantes de una organización delictiva dedicada al robo de vehículos, autopartes y asaltos a domicilios bajo la amenaza de armas de fuego.
Las pesquisas arrancaron semanas atrás, cuando la Dirección Nacional de Investigación de la Policía Judicial recibió una serie de denuncias por robos sistemáticos en distintos sectores de Riobamba. La modalidad llamó la atención: vehículos desvalijados en minutos, viviendas asaltadas con violencia y venta clandestina de repuestos en talleres improvisados.
Doce personas fueron puestas bajo custodia, varias de ellas con un amplio historial delictivo. Entre los detenidos están Silvia C., con antecedentes por asesinato; Jonathan G. y César U., procesados anteriormente por porte ilegal de armas; Cristhian L., con registros por robo, suplantación de identidad y daño a la propiedad; y Anthony B., con antecedentes por hurto.
Junto a ellos, fueron detenidos Jesús M., Bryan M., Reinaldo P., Nelson S., Darwin V., Emma V. y un menor de edad identificado como S.Q.S.R., cuya participación refleja cómo las bandas logran reclutar jóvenes para sostener sus operaciones.
Entre los indicios recopilados se encontraron un arma de fuego, seis municiones y dos cargadores; tres vehículos y una motocicleta; catorce teléfonos celulares, una laptop, así como diversas autopartes y accesorios automotrices.
Para los investigadores, cada objeto hallado representa un eslabón en la cadena delictiva: armas utilizadas en asaltos, vehículos posiblemente robados y teléfonos con información clave sobre transacciones y contactos. Los habitantes de Riobamba no desconocían el accionar de la organización.
En barrios como La Inmaculada, San Antonio y La Politécnica, las denuncias se repetían: autos desvalijados frente a las viviendas, robos con armas en horas de la noche y domicilios violentados mientras sus ocupantes dormían.
La captura de doce presuntos integrantes de una estructura delictiva representa, sin duda, un respiro temporal para la provincia. No obstante, la ciudadanía se mantiene cautelosa. La detención es solo el primer paso de un proceso largo y, muchas veces, frustrante.
Ahora, la Fiscalía enfrenta el reto crucial de sustentar las acusaciones con pruebas sólidas y diligencias oportunas, evitando que los procesados recuperen su libertad en cuestión de días, como ha ocurrido en otros casos recientes.