CLÁSICO
Barcelona Sporting Club goleó 4-0 a Emelec en el estadio George Capwell, cortando una racha de más de mil días sin victorias en ese escenario. La noche en el Capwell tuvo todos los ingredientes de un clásico, tensión, polémica en la tribuna y un ambiente de rivalidad.
Pero en el césped, la diferencia fue abismal. Barcelona pegó en los momentos justos, se mostró compacto en defensa y letal en ataque, mientras Emelec se desdibujó frente a su hinchada. El marcador refleja lo que fue el partido: una superioridad que pocos imaginaban de manera tan amplia.
El dato histórico pone en perspectiva el golpe, los amarillos no ganaban en ese estadio desde 2021. Tres años de frustración se rompieron de forma contundente. El 4-0 se celebra como una señal de autoridad en la ciudad, donde el Clásico es mucho más que tres puntos.
Emelec, que llegaba de una aparente reacción, se encontró con una bofetada de realidad. El equipo azul venía mostrando signos de recuperación, pero en su casa sufrió un baño de humildad que evidencia falencias colectivas y falta de liderazgo.
El contraste de Barcelona, que atravesaba semanas convulsas y cuestionamientos sobre su nivel, encontró en el Clásico para reinventarse. Barcelona mostró jerarquía, pero también expuso lo mucho que depende del contexto emocional. Ante un rival herido y en un escenario hostil, encontró motivación extra.
