Con el regreso a clases en la región Sierra, la atención vuelve a centrarse en los útiles, uniformes y rutinas. Sin embargo, un factor crucial para el éxito académico suele quedar en segundo plano: el espacio en el que los estudiantes aprenden y se concentran cada día.

Diversos estudios han demostrado que el entorno físico en especial el mobiliario puede influir significativamente en la memoria, la atención y el estado emocional. En niños y adolescentes, un espacio de estudio funcional y personalizado puede ser la diferencia entre un año escolar caótico y uno productivo.
El mobiliario a medida, un aliado del aprendizaje
No se trata solo de contar con una mesa y una silla, sino de crear un entorno que responda a las necesidades ergonómicas, cognitivas y emocionales del estudiante. El mobiliario a medida permite optimizar cada rincón del hogar o del aula para mejorar la postura, la organización y el enfoque.
“El entorno donde aprendemos importa tanto como el contenido que se enseña. Un escritorio funcional, hecho con materiales adecuados, puede mejorar la postura, reducir el cansancio y potenciar la concentración. Pero además, cuando ese mobiliario está diseñado con conciencia ambiental y pensando en el bienestar del estudiante, se convierte en una herramienta educativa en sí misma”, señala Estefanía González Jefa de especificación de Novopan Utilizar tableros Pelikano MDP, con acabados resistentes y fáciles de limpiar, no solo garantiza durabilidad, sino también seguridad y confort.
Estos materiales, cuando provienen de fuentes sostenibles y cuentan con certificaciones, ofrecen beneficios adicionales como aislamiento acústico, estabilidad estructural y una estética que contribuye al bienestar.
¿Por qué importa el entorno físico en la educación?
Ayuda a mantener la concentración: un ambiente ordenado y visualmente armonioso reduce estímulos innecesarios.
Favorece la salud postural: sillas ergonómicas y superficies de trabajo a la altura correcta previenen dolores y fatiga.
Reduce el estrés: la calidez de materiales naturales como la madera genera entornos acogedores que impactan positivamente en el estado emocional.
Fomenta el sentido de pertenencia: un rincón de estudio personalizado refuerza la motivación y el compromiso del estudiante.