Los accidentes de tránsito son recurrentes a nivel nacional y la provincia de Chimborazo, con saldos tristes, lamentables y luctuosos de muertos, heridos y personas que resultan con discapacidad. Muchos de esos accidentes son a causa de exceso de velocidad, irrespeto a las señales de tránsito, manejo bajo efectos de alcohol y estupefacientes y otras irresponsabilidades.
La tecnología de la era digital ha traído consigo otra irresponsabilidad individual y social que pone en riesgo la propia vida y de los demás llevando la muerte a las calles y carreteras ecuatorianas a causa del mal uso del teléfono celular o móvil. Es frecuente observar a personas de toda edad, condición económica y sexo conduciendo mientras usan sus celulares para comunicarse, contestar llamadas, chatear, enviar mensajes de voz. Esto se puede observar en todos los vehículos sean públicos o particulares e inclusive lo hacen los conductores de motocicletas, lo cual implica mayores riesgos, porque manejan con una sola mano, mientras con la otra se encuentran usando el celular.
Al parecer, dada la recurrencia de este tipo infracción, los agentes de tránsito como que se hacen de vista gorda y no hacen respetar la ley por el uso indebido del teléfono celular que se ha tornado en una verdadera adicción. A esto se suma el mal ejemplo que los adultos dan a la niñez, cuando llegado el caso, ante la presencia de la policía, esconden el teléfono entre las piernas, más allá de que son conscientes de que están infringiendo las leyes y conduciendo en forma peligrosa.
El tema, sin duda alguna, reviste una importancia vital, y la ciudadanía debe involucrarse, desde la prevención, la educación y la cultura para colaborar con la policía; pero sobre todo, en el respeto de las leyes de la república para evitar el llanto y la tragedia que, desde la imprudencia, el alcohol, el exceso de velocidad, el imprudente uso de celulares, en suma, desde el irrespeto a las leyes de tránsito, rompe la paz y tranquilidad de los hogares ecuatorianos.