A grandes males, grandes soluciones

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La presencia del coronavirus en Ecuador debe llevar a la comunidad nacional a reflexionar sobre la realidad de la salud ambiental que compartimos y la obligación de cuidarla, preservarla como tarea de todos. Lamentablemente, los ecuatorianos, pobres y ricos, unos más otros menos, tenemos pésimas costumbres respecto del aseo colectivo relacionado con el destino de la basura y los desperdicios. Con la mayor inconsciencia y “frescura” se los arroja a la vía pública, desde el transporte público y privado, evidenciando un comportamiento inculto e incivilizado no solo en el pueblo llano, sino también en nuestras instituciones, en la calidad de nuestro sistema educativo, en el respeto al semejante y hasta en nuestra relación con la naturaleza.

¿Acaso no es parte de esta asquerosa realidad las toneladas de excrementos de perros callejeros y de mascotas que se diseminan en calles y parques cuyos dueños las sacan para que hagan sus necesidades y en la mayoría esas deposiciones no son recogidos por sus dueños? El riesgo para la salud es alto porque, según los expertos,los huevos de los parásitos flotan en el medio ambiente y pueden ser absorbidos por las personas al respirar. ¿Y acaso no es parte de esta realidad fecal en el ambiente urbano el producido por gatos, palomas, roedores e inclusive las heces de ser humano que vienen desde las más reprochables malas costumbres? Pero hay más en esta repugnante realidad de nuestro convivir en medio de tanta suciedad: colillas, chicles, gargajos, papeles, cáscaras, pilas, palos de helado, envases de plástico y cristal. Y esta nauseabunda realidad se acentúa después de los feriados, desfiles y concentraciones humanas en general, cuando el paisaje urbano y playero muestra imágenes de basurero

¿Qué grado de higiene, aseo, presentación hay en la venta callejera de ceviches de chochos, manzanas con dulce, pastas y bocadillos, espumilla, helados, hornado, fritada, jugos de fruta, granizados y otros alimentos y golosinas que se expenden a diario en varios sectores de la urbe, especialmente a la salida de los establecimientos educativos?

A grandes males, grandes soluciones, dice el refrán. Ante el grave problema del coronavirus, podemos encontrar la solución recurriendo a medios enérgicos, si fuere necesario, para preservar la salud individual y colectiva.

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