21.2 C
Riobamba, EC
martes, agosto 19, 2025

A juicio por el presunto asesinato de su esposo en Riobamba

Facebook
Twitter
WhatsApp
Email

VIOLENCIA

Lo que comenzó como una discusión doméstica terminó en una tragedia que hoy avanza en los tribunales. La madrugada del 7 de abril de 2025, un hombre de 27 años fue asesinado dentro de su vivienda en el sector Corona Real, en Riobamba.

Gina M. fue llamada a juicio por su presunta responsabilidad en el asesinato de su esposo, en un caso que será analizado próximamente por la justicia.

Su esposa, Gina M., fue detenida en el lugar de los hechos y ahora enfrenta un proceso penal por su presunta responsabilidad en el crimen. Tras la audiencia de evaluación y preparatoria de juicio, el juez de la causa dictó auto de llamamiento a juicio en su contra, ratificando además la medida de prisión preventiva que pesa sobre ella desde su aprehensión.

El hecho ocurrió la madrugada del 7 de abril de 2025, al interior de una vivienda ubicada en el sector Corona Real, al norte de la ciudad, la resolución judicial también ratificó la medida de prisión preventiva, que la mujer cumple desde su detención, ocurrida en flagrancia el mismo día de los hechos.

Durante la audiencia, el fiscal a cargo del caso anunció su prueba documental y testimonial, incluyendo el acta de levantamiento del cadáver, los informes de la Policía Nacional, el parte de detención, y el testimonio de un niño de ocho años: el hijo de la pareja, quien presenció lo sucedido.

Ahora, con el proceso encaminado hacia la etapa de juicio, el país vuelve la mirada a una historia que, aunque resumida en un expediente judicial, encierra un drama familiar mucho más complejo. Pocas historias comienzan con un cargador. Pero en esta, ese objeto aparentemente banal, fue la chispa que encendió un conflicto que venía gestándose hace tiempo.

Según el testimonio del hijo, recogido con acompañamiento psicológico, sus padres regresaron a casa tras asistir a una reunión social. La atmósfera estaba cargada. Las risas de la noche pronto dieron paso a reclamos: él buscaba un cargador, ella no lo encontraba.

La discusión subió de tono. Las palabras se convirtieron en gritos. Los gritos, en empujones. Y en segundos, la tensión doméstica se tornó letal. En un momento de furia o desesperación, según la versión de la defensa, Gina M. tomó un cuchillo de cocina y apuñaló a su esposo en el pecho.

La herida fue profunda y fatal. Murió desangrado en el piso del comedor, mientras sus cuñados intentaban auxiliarlo y llamaban a emergencias. Cuando llegó la Policía, la escena era desoladora: el cuerpo inerte, la mujer en shock, el niño abrazado a una almohada. Fue arrestada de inmediato.

En el informe policial constan detalles como: el cuchillo aún con sangre, las botellas vacías, y una frase dicha por ella entre lágrimas: “No quería hacerle daño, solo quería que parara”.

Amigos cercanos hablaron de un vínculo inestable, mientras algunos testimonios sugieren la existencia de un patrón de maltrato mutuo que jamás fue denunciado ante las autoridades. Gina M. enfrenta una acusación por asesinato, delito tipificado en el artículo 140 del Código Orgánico Integral Penal (COIP), cuya pena puede alcanzar hasta 30 años de prisión.

No obstante, su defensa ha anunciado que planteará como atenuante un posible estado emocional alterado, producto de una convivencia conflictiva, lo que podría reclasificar el delito.

Facebook
Twitter
WhatsApp
Email