Un accidente de tránsito se dio en la intersección de las calles 10 de Agosto y 5 de Junio, la mañana del 13 de febrero, dejando daños materiales y una gran interrogante sobre quién fue el verdadero responsable.

Todo ocurrió en cuestión de segundos, un taxista estacionado abrió la puerta de su vehículo sin percatarse del tráfico. En ese preciso instante, un automóvil que circulaba por la vía impactó de lleno contra la puerta, destrozándola. Lo inesperado vino después, en lugar de detenerse para evaluar los daños, el conductor del vehículo implicado aceleró y desapareció del lugar.
Este incidente ha generado opiniones divididas. Algunos sostienen que la responsabilidad recae sobre el taxista por no verificar si venía algún vehículo antes de abrir la puerta, lo que habría evitado la colisión. Sin embargo, otros argumentan que el conductor del auto tenía la obligación de reducir la velocidad al pasar junto a un vehículo estacionado y, sobre todo, detenerse tras el choque.
Las autoridades de tránsito ya analizan las grabaciones de cámaras de seguridad cercanas con el objetivo de identificar el vehículo que se dio a la fuga y determinar las responsabilidades. Mientras tanto, este incidente deja una lección sobre la importancia de la prudencia en la vía, tanto para quienes circulan como para quienes descienden de un vehículo. Un segundo de descuido puede marcar la diferencia entre un susto y una tragedia.