Los accidentes de tránsito son recurrentes a nivel nacional, muchos de ellos causados por conductores en estado etílico, como es el caso de la capital, donde por solo un control de fin de semana, fueron a parar en la cárcel más de medio centenar de borrachos con alto grado de alcohol en el torrente sanguíneo determinado por las pruebas de alcoholemia que, sin la menor preocupación y con la mayor irresponsabilidad individual y social circulaban poniendo en riesgo su propia vida y de los demás. Aquí en Riobamba, solo lo que va de esta semana, han ocurrido varios accidentes con saldo de varios heridos y un fallecido.
Por su parte, la ciudadanía se encuentra conmovida a nivel nacional por la información que da, casi a diario, el Ecu 911 sobre los accidentes que ocurren constantemente en todo el territorio ecuatoriano, donde las carreteras ecuatorianas se visten de luto y la sangre de niños, jóvenes, madres, ancianos, sigue corriendo a raudales a causa de exceso de velocidad, irrespeto a las señales de tránsito, manejo bajo efectos de alcohol y estupefacientes y otras irresponsabilidades. Por lo visto, el ECU 911, las ambulancias del Ministerio de Salud Pública, las patrullas de la Agencia Civil de Tránsito y las unidad de rescate del Cuerpo de Bomberos tienen con frecuencia días ajetreados para atender emergencias viales.
Ojalá que el Pacto Nacional por la Seguridad Vial firmado entre el Estado ecuatoriano con el presidente Lenín Moreno a la cabeza y los dirigentes nacionales de transportistas que involucra a dirigentes nacionales de las once modalidades de transporte, entidades del Gobierno Central, municipios, sistemas judicial y educativo y organizaciones no gubernamentales, logre reducir en el país los siniestros en las carreteras al 11% por cada cien mil habitantes, tomando en cuenta que en la actualidad sobrepasa el 17%, según información de el ministro de Transporte y Obras Públicas.
Lamentablemente, hay que reconocer que hay un alto grado de irresponsabilidad e incultura en el comportamiento frente al volante lo que deviene en riesgos para el conductor y para los transeúntes.