ECONOMÍA
El viernes 6 de septiembre marcó el final de una era en la industria automotriz ecuatoriana. Después de 49 años de operación, la planta de ensamblaje de vehículos de General Motors (GM OBB), conocida comercialmente como Chevrolet, cerró sus puertas en Quito, dejando una profunda huella en la comunidad y en los corazones de sus empleados.
A las 15:30, el ambiente en la fábrica estaba cargado de emociones. Alrededor de 300 trabajadores se despidieron de la planta en su última jornada de producción, entre lágrimas y abrazos. Este emotivo adiós simbolizó el fin de una etapa significativa para la mayor planta de ensamblaje de vehículos en Ecuador.
El cierre de la fábrica implica el despido de todos los colaboradores de manufactura, así como del personal de soporte y algunas funciones administrativas. Sin embargo, GM OBB no se retira por completo del país; la compañía mantendrá una presencia reducida con unos 80 empleados en áreas administrativas y comerciales. PRIMICIAS.
