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domingo, septiembre 7, 2025

Agrocalidad refuerza vigilancia ante brote de influenza equina

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BROTE

Siete casos confirmados en Alausí y Guano ponen en evidencia la vulnerabilidad sanitaria del sector equino en la provincia. Agrocalidad mantiene el control, pero advierte que la vigilancia debe continuar. Ha inicios de agosto, cuando se confirmaron los primeros casos de influenza equina en dos cantones de la provincia.

Técnicos aplican medidas de bioseguridad en zonas afectadas por la Influenza Equina para evitar la propagación del virus.

La Dirección Distrital de Agrocalidad activó de inmediato los protocolos de emergencia sanitaria tras la detección de siete animales contagiados: cuatro en Alausí y tres en Guano.

Aunque la enfermedad se encuentra controlada y bajo estricta vigilancia, el episodio dejó al descubierto los riesgos que enfrentan los productores ante virus de alta transmisibilidad entre caballos y mulas. La Influenza Equina, reconocida por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), es una enfermedad viral respiratoria altamente contagiosa, capaz de propagarse rápidamente entre equinos y causar pérdidas económicas severas.

Frente a los primeros reportes clínicos, el equipo técnico de Agrocalidad desplegó una serie de acciones sanitarias para contener el brote. Se realizaron tomas de muestras en campo, se procedió al aislamiento de los animales sospechosos y se establecieron cuarentenas en los predios afectados.

Además, se reforzaron las medidas de bioseguridad rural, se activaron redes de vigilancia con los médicos veterinarios y se emitieron restricciones temporales a ferias ganaderas, eventos ecuestres y comercialización de caballos en espacios públicos de la provincia. Estas acciones permitieron frenar la propagación del virus y contener el brote en pocas semanas, evitando su expansión hacia otros cantones o provincias vecinas.

La Influenza Equina, aunque no afecta a los humanos, representa una amenaza real para el sector productivo rural. Puede provocar fiebre alta, tos persistente, secreción nasal y, en casos graves, complicaciones respiratorias que derivan en la muerte del animal. Su impacto no es solo sanitario: los pequeños y medianos productores dependen de sus caballos y mulas para labores agrícolas, transporte y comercio.

La paralización de actividades, la imposibilidad de movilizar animales y la atención veterinaria generan un alto costo económico para las familias campesinas. Por eso, la prevención sigue siendo la mejor herramienta.

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