EMERGENCIA
Crece la preocupación en la provincia de Bolívar ante los impactos ambientales y sociales provocados por el proyecto minero Curipamba – El Domo, operado por la empresa CURIMINING. Las comunidades locales advierten que la actividad extractiva ya está generando efectos graves en la zona y exigen una acción urgente para evitar una devastación total.
Ubicado en una zona de alta biodiversidad y fuentes hídricas, el proyecto pretende desarrollar una mina a cielo abierto para la extracción de oro, cobre, zinc, plata y plomo. Esta operación, de carácter polimetálico, utiliza químicos peligrosos como ácido sulfúrico, cianuro y xantatos, que según expertos ambientales, pueden contaminar aguas superficiales y subterráneas ante posibles filtraciones o accidentes.
Los riesgos no son hipotéticos. En el proceso de extracción se liberan metales pesados altamente tóxicos como arsénico, cadmio, mercurio y plomo, los cuales podrían ingresar a los cuerpos de agua mediante drenaje ácido de mina, contaminando los ríos y suelos de la región.
Los efectos en la salud humana son alarmantes: daños neurológicos en niños por exposición al plomo, enfermedades renales y óseas por cadmio, y trastornos neurológicos y cáncer por exposición al arsénico y mercurio.
Los ríos más amenazados son el Naves Chico, Naves Medio, Naves Grande, Oncebí, Runayacu y Selva Alegre, todos vitales para el sustento de miles de familias campesinas en Bolívar y Los Ríos. Estos ríos alimentan directamente la cuenca del Babahoyo y, en última instancia, el río Guayas, uno de los sistemas hídricos más importantes del país.
Además de los daños ecológicos, las comunidades denuncian la falta de consulta previa y una imposición violenta del proyecto. “El Estado nunca consultó, nos impusieron la minería con represión. Hoy afirman que el 98% del cantón aprueba el proyecto, pero los recintos en resistencia demuestran lo contrario”, expresaron líderes de Las Naves y Ventanas, cantones actualmente movilizados contra la actividad minera.
La resistencia comunitaria sostiene que sin licencia social el proyecto no puede continuar, y que seguir adelante sería profundizar el conflicto socioambiental en una región que depende directamente de sus recursos naturales para vivir.
Diversos colectivos, organizaciones ambientales y habitantes de la zona hacen un llamado urgente al Gobierno Nacional, organismos de control y opinión pública, para detener el avance del proyecto Curipamba – El Domo, revisar los procesos de autorización y garantizar el respeto a los derechos ambientales, territoriales y humanos de las comunidades afectadas.
“Aún estamos a tiempo para evitar una catástrofe ambiental de gran escala. Nuestra agua vale más que el oro”, afirman quienes se mantienen firmes en defensa de la vida, el agua y el territorio.
