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La asambleísta ecuatoriana Ana Galarza fue deportada de Venezuela este viernes, 26 de julio de 2024, tras intentar ingresar al país como observadora de las elecciones presidenciales que se llevarán a cabo este domingo. En una serie de publicaciones en la red social X, la legisladora expresó haber vivido “en carne propia la dictadura de Nicolás Maduro”.

Galarza, quien viajó a Venezuela como delegada del movimiento Construye, liderado por María Paula Romo, explicó que su visita respondía a una invitación de la oposición venezolana. “Llegamos a las 2:30 pm a suelo venezolano y en migración no nos dejaron pasar y nos envían deportadas de regreso”, comentó la parlamentaria.
La legisladora relató que al llegar al aeropuerto fue amenazada, se le prohibió usar su teléfono y no se le permitió contactar a la embajada ecuatoriana. “Aquí no te hablan de derechos, no te dan razones, todo es un silencio absoluto”, detalló en un video publicado en sus redes sociales.
Ana Galarza no fue la única afectada por estas medidas. Una delegación del Partido Popular (PP) de España también fue expulsada del país. Alberto Núñez Feijó, líder del PP, informó que diez diputados de su grupo están retenidos en el aeropuerto de Caracas por las autoridades venezolanas y exigió su liberación inmediata, solicitando además la intervención del Gobierno de España para resolver la situación.
La deportación de Galarza y la retención de los diputados españoles se suman a las tensiones crecientes en torno a las elecciones presidenciales en Venezuela. Estos incidentes subrayan las preocupaciones internacionales sobre la transparencia y la libertad del proceso electoral bajo el régimen de Maduro. Con un clima político tan volátil, la comunidad internacional observa con detenimiento los desarrollos en Venezuela y el impacto que estos tendrán en su futuro político.