ECONOMÍA
SGF Global, líder reconocido en soluciones globales de recursos humanos y contratación, presentó un análisis del mercado laboral en Ecuador en el que revela una serie de tendencias y desafíos significativos que marcan la dinámica económica del país. El estudio proporciona estadísticas sobre empleo, desempleo, subempleo, entre otros indicadores relevantes, con datos de una muestra acumulada entre enero y agosto de 2024 de la Población Económicamente Activa (PEA). A continuación, se presentan los aspectos clave y una interpretación de las cifras más relevantes:
Panorama del mercado laboral en 2024
Durante el año, la tasa de participación global se situó en 64,5%, con una tasa de empleo adecuado del 36,1%. A nivel de desempleo, el país registró un 4,3% de la Población Económicamente Activa (PEA), siendo más elevado en áreas urbanas (5,8%) en comparación con las rurales (1,3%). Dentro de las principales ciudades, Quito presenta la tasa de desempleo más alta con un 8,9%, lo cual refleja las dificultades que enfrenta la capital para absorber a la fuerza laboral disponible.
El subempleo se ubicó en el 22,5%, y otras formas de empleo no pleno alcanzaron el 29,6%, lo que señala una gran cantidad de personas que no cuentan con empleos formales o están en situación de vulnerabilidad laboral. El empleo no remunerado, por su parte, se situó en el 12,6%, indicando una alta incidencia de trabajos informales o familiares sin remuneración.
Distribución del empleo y diferencias geográficas
La tasa de empleo bruto alcanzó el 62,1% a nivel nacional, con notorias disparidades entre las zonas urbanas (58,9%) y rurales (74,3%). “Esta diferencia refleja que en áreas rurales, aunque el empleo es más común, suele tratarse de trabajos menos formales o en actividades agrícolas, muchas veces fuera del sistema de seguridad social y de las protecciones laborales formales.”, explica Sebastián Lima, Director de Business Solution de SGF Global.
En cuanto a la participación laboral, las ciudades mostraron variaciones importantes. Ambato lideró con la tasa de participación global más alta (71,2%), mientras que Guayaquil se ubicó en el extremo opuesto con el 58,1%. Este contraste refleja diferencias en la estructura económica y en la oferta de trabajo formal e informal entre estas ciudades.
Empleo formal e informal
Uno de los aspectos más preocupantes del mercado laboral ecuatoriano es la alta tasa de empleo informal. Entre enero y agosto de 2024, el 54,2% de los empleados pertenecían al sector informal, frente a un 42,5% en el sector formal. Las áreas rurales presentaron una mayor incidencia de empleo informal (78,6%), mientras que en zonas urbanas predomina el empleo formal (55,6%). Esta alta informalidad no solo limita el acceso de los trabajadores a derechos laborales y beneficios sociales, sino que también refleja un desafío para la recaudación tributaria y la sostenibilidad de la seguridad social.
El análisis por edades revela que los trabajadores más jóvenes (15-24 años) y los mayores de 65 años son los más afectados por la informalidad, con tasas de 63,5% y 79,2% respectivamente. “Esta tendencia subraya la dificultad para la inserción laboral formal tanto al inicio como al final de la vida laboral.”, explica el experto en talento humano.
Desafíos estructurales y nuevas regulaciones
El mercado laboral en Ecuador enfrenta importantes desafíos, incluyendo la adaptación a cambios tecnológicos, la digitalización y la necesidad de fomentar un entorno inclusivo. La Ley Orgánica Reformatoria para la Erradicación de la Violencia y el Acoso en el Trabajo, aprobada en mayo de 2024, busca mejorar las condiciones laborales y proteger a los trabajadores frente a prácticas abusivas. “Esta legislación establece medidas para prevenir el acoso y la violencia laboral, incluyendo la garantía de desconexión digital y el derecho a descanso efectivo, lo cual podría tener un impacto positivo en la calidad del trabajo y el bienestar de los empleados.”, comenta Lima, de SGF Global.
Tendencias y perspectivas a futuro
El análisis revela que, aunque el empleo ha mostrado una recuperación en comparación con los niveles prepandemia, persisten desafíos significativos. La alta informalidad, el subempleo y la baja calidad de los empleos son problemas estructurales que limitan el desarrollo económico y social del país. La reciente legislación laboral y las tendencias de digitalización ofrecen oportunidades para mejorar las condiciones laborales, siempre y cuando se implementen de manera efectiva.
La flexibilidad laboral, la promoción del teletrabajo y la desconexión digital son tendencias que están ganando terreno y podrían contribuir a mejorar la productividad y el bienestar de los trabajadores. Sin embargo, la implementación de estas políticas requiere un esfuerzo coordinado entre el sector público y privado, así como una adaptación a la normativa vigente.
Sebastián Lima, director de Business Solutions de SGF Global en Ecuador, destaca que “el desafío más apremiante para las empresas no es solo encontrar talento, sino también retenerlo en un entorno cada vez más competitivo”. Es así que, en conclusión, el panorama laboral en Ecuador refleja la necesidad de adaptarse a nuevas tendencias, equilibrando la formalización del empleo con el fomento de habilidades tecnológicas. Para lograrlo, las empresas deberán rediseñar sus estrategias de talento y colaborar estrechamente con el sector público para garantizar un crecimiento inclusivo y sostenible.