DEPORTE
Guayaquil vivió una noche histórica para el deporte nacional. El coliseo Abel Jiménez Parra fue escenario de la final de la primera edición de la Liga Nacional de Ecuavóley, disputada el sábado por la noche ante un marco imponente de aficionados. El equipo Astilleros, representante de la ciudad, se coronó campeón tras imponerse en un vibrante partido frente a Tsáchilas de Santo Domingo.
Desde las 19:00, miles de personas se dieron cita en el parque Samanes para presenciar la gran final. El ambiente fue de fiesta, con cánticos, tambores y silbatos que acompañaron cada jugada. Entre los asistentes estuvo el alcalde Aquiles Álvarez, quien reiteró su compromiso con el impulso a las disciplinas deportivas en la ciudad catalogada como Capital Americana del Deporte.
Previo al cotejo decisivo, el burgomaestre entregó placas de reconocimiento a los representantes de ambos equipos finalistas, como homenaje a su destacada participación en el certamen. Este gesto fue recibido con aplausos por parte del público, que valoró la importancia de resaltar a los protagonistas de la competencia.
El encuentro se disputó con gran intensidad y mantuvo en vilo a los más de 1.200 espectadores presentes. Cada punto fue celebrado con efusividad por las barras, que no dejaron de alentar a sus escuadras favoritas hasta el último momento.
La emoción se extendió hasta la madrugada, cuando finalmente Astilleros levantó el trofeo, consolidando así el esfuerzo de semanas de preparación y ratificando a Guayaquil como epicentro del ecuavóley nacional.
Con este desenlace, la Liga Nacional de Ecuavóley cerró su primera edición con éxito rotundo. El torneo no solo fomentó la práctica deportiva, sino que también se convirtió en un espacio de integración comunitaria, respaldado por la Municipalidad de Guayaquil, que busca posicionar al ecuavóley como una disciplina referente en el país.
