El golpe fue duro, Barcelona Sporting Club, volvió a despedirse prematuramente de la Copa Ecuador en los dieciseisavos de final. El verdugo esta vez fue Cuenca Juniors, cuadro de Segunda Categoría, que con orden, intensidad y eficacia superó con autoridad al Ídolo del Astillero por 2-0.
La derrota fue la confirmación de un presente opaco, fuera de la Copa Libertadores en fase de grupos (sin siquiera acceder a la Sudamericana), varios puntos por detrás de Independiente del Valle en la LigaPro, y ahora un fracaso más en el torneo que se presentaba como oportunidad para recomponer la imagen en el centenario.
El equipo de Ismael Rescalvo mostró una versión irreconocible, carente de ideas y sin jerarquía para imponerse ante un rival modesto en nombres, pero ambicioso en la cancha. El entrenador español apostó por un equipo mixto, improvisando en el mediocampo y en la defensa, y el resultado fue un equipo frágil, vulnerable y previsible.
Cuando el técnico decidió corregir con el ingreso de mayor peso ofensivo ya era demasiado tarde. Cuenca Juniors, encontró los goles en el complemento a través de Feyiseitan Asagidigbi y Roberto Ordóñez, dos estocadas que sentenciaron la eliminatoria.
El contraste en las tribunas fue evidente. Los hinchas amarillos, que acompañaron a su equipo, no ocultaron su malestar y lanzaron cánticos de protesta al finalizar el encuentro. “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo…”, se escuchó a coro, reflejando la frustración de una afición que ha tenido que digerir decepción tras decepción en este 2025.
El Centenario del club pintaba como un año de gloria, pero la realidad es que el Ídolo acumula fracasos en todas las competencias que disputa.
