SIMULACRO
Con el objetivo de medir la capacidad de reacción de sus brigadas frente a posibles emergencias en la temporada seca, el Cuerpo de Bomberos de Riobamba (CBR) desarrolló un simulacro de incendio forestal el 24 y 25 de julio. La actividad formó parte de la planificación semestral de la institución y se ejecutó en un entorno natural con condiciones reales de acceso y logística.

Desde las primeras horas del día, los equipos fueron activados por una llamada simulada de emergencia. Los bomberos respondieron con el alistamiento de mochilas, herramientas manuales y equipos de protección, además de un control médico previo al despliegue.
La jornada exigió disciplina y resistencia, especialmente durante la prueba física conocida como test pack, que implicó una caminata de tres kilómetros con 20 kilos de peso sobre los hombros, hasta llegar al punto de intervención.
En el sitio designado, mediante coordenadas georreferenciadas, se instaló un campamento base. Allí, cada brigada recibió instrucciones tácticas para simular un escenario de fuego activo.
Se emplearon motobombas portátiles, machetes, líneas de manguera y piscinas de abastecimiento de agua para contener el avance del supuesto incendio. Paralelamente, desde el Puesto de Comando se monitoreó el ejercicio con drones, permitiendo una supervisión en tiempo real y evaluación de cobertura.
El comandante del CBR, Orlando Vallejo, destacó que este tipo de ejercicios se repetirán de forma periódica para mantener a los bomberos en condiciones óptimas. “La preparación es clave, un segundo puede hacer la diferencia cuando enfrentamos incendios en áreas rurales de difícil acceso”, afirmó.
Este simulacro también permitió verificar los protocolos de comunicación entre brigadas, medir la eficacia del despliegue logístico y poner en práctica la coordinación interinstitucional que suele activarse en emergencias reales.
En los últimos años, el cantón Riobamba ha registrado un incremento de incendios forestales, especialmente en zonas como Cubijíes, Licto y Flores. Estas prácticas permiten anticiparse a nuevos eventos, reducir los tiempos de respuesta y salvaguardar los recursos naturales del territorio.