Por: Wellington Toapanta
Un diario guayaquileño, especialista en crónica roja, tituló el martes último: “Luisa González ungida como presidenta por predicadora: cristianos reaccionan”; una misionera le ha declarado y decretado “como nueva presidenta del Ecuador”, ‘edictos’ que, la ungida, ha recibido con unción: de rodillas, ojos cerrados, cabeza gacha.
El video notorio en redes sociales, fuente del diario, generó reacciones, como la de Yamil Layana, identificado como ministro de una iglesia cristiana (Cristo Viene Pronto), quien ha sermoneado a González que “usted no puede jugar con Dios, peor aún con el pueblo de Dios que somos los cristianos ( …). Usted se sube al púlpito de Dios para dar un mensaje político (…). Mentirosa. Falsa cristiana”; otros creen que usó la comunión con fines electorales.
El 7 de julio de 1896 llegaron los primeros evangelistas (estadounidenses) al país, un año antes de la revolución alfarista. Al 2025 el cristianismo es la religión mayoritaria en el país: incluye catolicismo apostólico romano, cristianismo ortodoxo, protestantismo, testigos de Jehová, miles de denominaciones evangelistas.
Una encuesta de 2014, de Pew Research Center, reveló que el 13% de ecuatorianos es evangélico, el 27% propenso a compartir su fe con otros y 50% reza a diario: ¿cuál será la propensión de la candidata González?
Constitucionalmente, desde 1906, Ecuador goza de libertad de conciencia; pero, en el caso, por el engranaje del movimiento RC5, es incierto que la candidata predicadora, ‘revolucionaria’, pueda profesar su culto.
Es que el Éxodo bíblico consagra los Diez Mandamientos o principios religiosos, éticos y morales, como no robarás, no levantar falsos testimonios ni mentir, no codiciar bienes ajenos, a los que sus conmilitones han mostrado desafecto y suman cargos penales por sus trifulcas en gestión pública; a ellos, consciente, representa González. El dominico RC5, Juan Carlos Tuárez (del CPCCS), fue sentenciado por asociación ilícita.