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martes, junio 3, 2025

Celebrar la infancia y los derechos de los niños

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Por: Beatriz Viteri Naranjo

El Día del Niño no debe ser una ocasión que se limite a regalar juguetes o realizar actividades lúdicas, aunque éstas forman parte de la celebración, sino, una jornada para reflexionar sobre el papel que tienen los niños en la sociedad y sobre los desafíos que enfrentan; puesto que, a pesar de que sus derechos son ampliamente reconocidos en instrumentos internacionales, a nivel mundial, millones de niños sufren las consecuencias de la pobreza, la violencia, la discriminación, el trabajo infantil, la falta de acceso a la educación y a la salud.

Garantizar estos derechos no es solo una responsabilidad legal de los Estados, sino un compromiso ético de toda la sociedad; porque, invertir en la infancia es construir un futuro más justo, seguro y humano para todos.

Es lamentable que, a pesar de los avances legislativos y los esfuerzos de organismos internacionales, aún queda mucho por hacer para garantizar una infancia plena y segura para todos los niños; por ello, esta fecha especial, no debe ser un evento aislado en el calendario, sino, una invitación permanente a cuidar, educar, respetar y escuchar a nuestros niños; ya que, lo que realmente transforma la vida de un niño es sentirse amado, valorado y seguro.

Los niños, no tienen poder, ni dinero, ni títulos importantes, pero sí tienen algo muy valioso, miran el mundo con el corazón; por ello, no necesitan artículos costosos, necesitan más tiempo con los adultos, que los miren a los ojos, que los escuchan de verdad; no entienden los gritos, pero sí los abrazos; no les importa si los adultos cometen errores, pero sí, que los reconozcan y rectifiquen.

Se debe recordar que están aprendiendo con los adultos, que cada palabra que dicen, cada gesto que hacen los enseña a ser quienes serán en el futuro; se debe ayudarlos a crecer con respeto, no con miedo; enseñarles con el ejemplo a cuidar del planeta, a amar sin hacer daño, y a creer en ellos mismos.

Son el presente y el futuro, y lo único que piden es que los cuiden, los protejan, y no los olviden mientras crecen sus preocupaciones.

Cada día es una oportunidad para renovar nuestro compromiso con la niñez, no solo en palabras, sino en acciones concretas que construyan un mundo más justo, inclusivo y humano.

¡Celebrar la infancia es celebrar la esperanza, la creatividad, la alegría y el futuro!

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